Capitulo 37: Parque de atracciones.

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Nos formamos en la fila esperando nuestro turno, Daemon contesto una llamada y yo me le quede mirando a las personas formadas, casi todos se veían que no eran muy extremos y eso me puso un poco contenta.
Llego nuestro turno, nos había tocado en la parte de adelante, así que me provoco más miedo. Mientras me abrochaba mi cinturón Daemon me tomo de la mano y sonrió transmitiéndome seguridad así que le devolví la sonrisa.

Estaba temblando, seguro era el frío porque no podía ser nada más ¿cierto?.
Alto. Me estaba quemando viva por el sol, pero yo sentía frío.

Un señor con un traje de diablillo nos dio algunas indicaciones que no entendí nada de nada. Me sentía como en Destinó Final.

-¿Listos?-grito el señor.
-¡Si!-todos gritaron a excepción de mi.
-¿Lista?-me pregunto Daemon.
-Si-fingí una sonrisa.

Sabía que el miedo se plasmaba en mi cara pero no quería afrontarlo, no quería verme como una niñita lloróna.
Sin darme cuenta el juego tomo marcha y comencé a ponerme nerviosa, entrecerraba los ojos para no apreciar nada de lo que pasaba en el juego. Intente acordarme de como era el juego, pero ya estaba bastante modificado. De pronto pude ver a lo lejos una caída y ahí fue cuando el corazón se me vino al pecho, el juego avanzaba lentamente pero cada vez se acercaba más a la caída.

-Daemon-moví a Daemon.
-¿Qué pasa?-me pregunto preocupado.
-Cuando caigamos abraza me y no me sueltes-le ordene a Daemon.
-Ah, está bien-dijo confundido.

Di varias respiraciones y de repente todo fue tan rápido.
Cuando caímos Daemon me estrecho con sus brazos sin soltarme, el cabello se me vino a la cara y el cinturón se me oprimió al estómago, cerré los ojos y no mire los demás movimientos que hacia la montaña rusa, sólo sentía a mi cuerpo moverse de un lado a otro, algunas veces estar de cabeza me provocaba náuseas. Por fin abrí mis ojos y me pareció fantástica la vista que tenía y me resultaba divertida la montaña rusa.

-¡Ya, Sueltame!-le grite a Daemon.
-¡Esta bien!-me grito y me soltó.

Levanté las manos gritando feliz mente, esto ya no me resultaba tenebroso, ahora era bastante entretenido.

-¡Aaaaah!-grite durante todo el recorrido de la montaña rusa.

Cuando salimos de la montaña rusa sentía un líquido recorrer mi garganta y supe que era hora del vómito.

-Ahorita vuelvo-puse una mano en mi boca aguantando me el vómito.

Fui a una zona alejada y en unos arbustos vomite.

-¿Te encuentras bien?-dijo alguien detrás de mi.
-Claro que si-me gire a la voz-Hola, Tai-camine hacia el mareada y meciendo me de un lado a otro.
-No te vez bien-se metió las manos en sus bolsillos.
-¿Qué haces aquí?-le pregunte limpiando me la boca en mi blusa.
-Vine con Nathan y Ron-sonrió-pero esos tontos ya se perdieron ¿Tu, que haces aquí?.
-Pues, hace mucho que no venía y que...
-No te preocupes, ya entendí porque viniste-miro por arriba de mi cabeza.

Me gire para ver lo que estaba mirando y Daemon estaba ahí parado con la misma cara que ponía siempre que Tai estaba cerca.

-Carrie, tengo que llevarte a casa-me dijo Daemon poniendo su mano en mi hombro.
-No, aún no quiero ir a casa, llévame a tu casa...
-¿Su casa?-señalo Tai a Daemon.
-Así es-asentí.
-No sabía que eso fuera parte del trato-se cruzó de brazos.
-¿Y a ti que te importa?-dijo Daemon incontrolado y le tome la mano para calmarlo.
-¿Qué paso con la regla de los tres segundos?-el se encogió de hombros-Escucha Tai, sólo duermo en su casa y son por cosas personales.
-Cosas personales de la cuales yo no me he enterado-se acercó un poco más a mi-Pero este chico que te arruino la vida si las sabe.
-Así es, además eso no es asuntó tuyo-lo empuje-hablas como si nos conociéramos de toda la vida cuando no es así.
-Lo siento-agacho la cabeza-Supongo que me voy...
-Sería lo mejor-aplaudió Daemon-Por fin piensas, idiota.
-Daemon-lo golpee en el brazo-me saludas a Nathan y Ron.
-Adiós-asintió hacia los dos y con la cabeza gacha dijo-Si, claro-y se fue.

El camino a la casa de Daemon fue silencioso y tranquilo, había un ambiente de tensión pero a la vez de victoria, porque había superado aquel miedo, lo había vencido y hoy me sentía más libre que nada.
Al llegar a la casa de Daemon, ambos salimos del auto con los hombros caídos. Había sido un día bastante intenso. Con decirles que el día ya estaba apunto de terminarse, el sol estaba apunto de irse y fue porque después de que Tai se fuera, el y yo nos subimos a más juegos interesantes.
Puse las manos en mi cara agotada y cuando las retire Sam estaba apoyada en el marco de la puerta y una sonrisa curvaba sus labios.

-Hola-nos sonrió.
-Sam-dijo Daemon, pude ver que le temblaba el labio.
-¿Y a dónde fueron?-se cruzó de brazos.
-Al parque de atracciones-dijo Daemon mirando el suelo.
-Quisiera platicar pero estoy agotada-puse una mano en mi frente.
-Así que ¿se divirtieron?-puso cara de sorprendida-Me alegra tanto.

De pronto en un intento brusco ella tomo el brazo de Daemon y lo jalo hacia ella, eso se vio bastante mal y doloroso. Cuando mire la cara de Daemon supe que si había sido doloroso porque su cara lo decía todo.

Sam aún seguía apretándole el brazo con tanta fuerza que pude ver como se quedaban marcados los dedos de Sam.

-Puedes irte a dormir Carrie-me abrió paso. Al pasar Daemon no me dedico ni una mirada y me resulto extraño que casi no me notara cuando Sam estaba presente.

Era de noche y no podía dormir, la inquietud de si Sam había lastimado a Daemon me carcomía. Porque lo había visto con mis propios ojos. Sam le hacia daño y Daemon se dejaba.

Tal vez el y yo sólo seamos un trato pero ese trato forma parte de mi vida.

Aparte es mi novio falso y me tengo que preocupar por el.

Oí los pasos en el pasillo y me hice la dormida. La puerta se abrió y yo entrecerré los ojos mirando a Daemon que caminaba con la cabeza agachada y los hombros caídos, parecía dolido.
Prepare mi discurso mental y lo puse en práctica.

-¿Qué le pasa a Sam?-me levanté del sofá con las manos en la cintura.

Parecía Daemon, directamente al punto siempre.

-Carrie-se sentó en la cama.

En la oscuridad mire que tenía un círculo en su ojo derecho, no lo apreciaba muy bien pero no se veía como algo que tenía que dejar pasar.

-Alto-me pare y busque una lámpara.

Busque en los cajones al lado de la cama y no encontré nada más que su ropa interior que al verla no pude dejar de poner muecas de asco, había tocado la ropa interior de Daemon...accidentalmente.

Deje de buscar en los cajones y al ver que no podía encontrar nada decidí que tenía que prender la luz de la habitación.
Al prender el botón Daemon puso su cabeza en la cama cubriendo se de la luz y a mi eso me provoco un dolor de cabeza.

-Carrie,apaga la luz-dijo Daemon mientras se ponía almohadas en la cara.
-Claro, después de hablar-puse las manos en mi cintura.

Esta era una conversación que no iba a dejar pasar. Quería explicaciones. No era normal que Sam lo jalara así. Sam lo tenía como estúpido.

Conociendo a chica mala ;)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora