Capítulo 37

5K 635 25
                                    

Jimin iba sumido en sus pensamientos, mientras su jefe, de tanto en tanto le dedicaba miradas especuladoras.

—¿Está todo bien, Jimin? —preguntó por fin sacándolo de sus cavilaciones.

—¿Eh? Sí, perfectamente —aseguró volviéndose hacia él con una sonrisa que no reflejaba más que dudas y confusión.

Amaba a Jungkook por sobre todas las cosas, y ese mes que habían pasado separados no había servido para levantar sus defensas o enseñarle al menos cómo resistirse a él. Pero sabía que no quería acabar siendo humillado más de lo que ya se sentía.

Jungkook había dicho las palabras que creía que él deseaba escuchar, pero había estado equivocado.

Desde luego que él quería volver con él, pero no creía que pudiera fiarse de sus promesas, ya que le habían sonado vacías.

Jungkook iba a solucionarlo, estaba solucionándolo, había dicho. Pero ¿qué le había dado en realidad? ¿Qué le había dado para permitirle confiar en él? Sus hijos siempre serían sus hijos, y Jimin dudaba que fueran a cambiar de opinión respecto a él en el corto plazo.

Y el, no tenía mucho tiempo. En un par de meses su embarazo sería notorio e inocultable y, si entonces Jungkook volviese con él, nunca podría confiar en que lo hacía porque lo amaba y no porque llevaba a su hijo en su vientre.

Y si de algo estaba seguro, era que quería un hombre que lo amara por el mismo y no por sentirse obligado o responsable.

Cuando llegaron al restaurante, fueron guiados hasta una mesa en un acogedor rincón.

La conversación inicial resultó bastante trivial, mientras comentaban la carta y hablaban sobre el restaurante.

No fue sino hasta que el camarero les entregara sus primeros platos, que Baek Hyun no soportó más la incertidumbre.

—Perdona, Jimin, pero ¿puedo preguntarte qué hacía Jeon Jungkook en tu casa esta noche? —inquirió observándolo con atención.

El sonrojo de Jimin no tardó en llegar y su mirada se demoró un momento en su ensalada Cesar, antes de fijarse en su jefe.

—Nada en especial —respondió evasivo. —Sólo quería hablar conmigo.

—No me malinterpretes, no quiero parecer entrometido, solo me preguntaba si su visita estaba relacionada con el acuerdo de Seúl Woods.

—Oh, no, en absoluto...

—No, quiero decir, si es así, deberías decírmelo. No quisiera que los de Jeon pudieran presionarnos a través de ti, ya sabes... cómo fueron tus jefes...

—No, no te preocupes. No creo que Jungkook intentase algo así.

—Bien —aceptó el hombre más tranquilo. —Mejor así. Nunca pensé que fuesen de los que juegan sucio, pero aun así, no hay que ser demasiado confiado. Si crees que los Jeon pudieran intentar presionarte, tal vez deberías quedarte fuera del caso... —ofreció y Jimin vio la oportunidad de evitar más encuentros con Jungkook.

—En realidad, no creo que lo intentaran pero sí, preferiría, si a ti no te importa, quedar por fuera de esta negociación.

—Me gustaría saber por qué. Según tu carta de recomendación, te tienen en gran consideración, y tengo entendido que saliste de su empresa en muy buenos términos, ¿me equivoco?

—No —aceptó por fin con un profundo suspiro. —Es verdad que abandoné Jeon en buenos términos laborales, pero Jungkook y yo... diría que no terminamos en buenos términos personales... —explicó ruborizándose aún más si cabía.

Seducción prohibida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora