Capítulo 30

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Jimin apenas se enteró de la marcha de Jungkook esa mañana.

Realmente se sentía agotado y apenas le devolvió el suave beso con el que él se despidió.

Jungkook tenía un día bastante complicado, con una comida de negocios y una reunión por la tarde con el abogado de los Rossi, los socios minoritarios de Roma, además de tener que pasar la mañana en el despacho organizando los documentos relativos a su último viaje.

Jimin en cambio, tenía el día libre y pensaba pasarlo con sus amigos aunque se reuniría con Jungkook a la noche para cenar en su departamento.

Taehyung entró como una tromba a su habitación y se lanzó sobre la cama de Jimin despertándolo abruptamente.

—Taehyung... —gimió cerrando los ojos e intentando volver a dormirse.

—Despierta, bello durmiente —dijo su amigo tirando de las mantas para destaparlo. —Ya son las diez, es tardísimo y ya has dormido bastante.

—¿De verdad? Siento como si hubiera dormido solo un par de horas —reconoció volviendo a acurrucarse.

—Eso es tu novio que te deja agotado de tanto sexo salvaje. Vamos, arriba. Hoy tenemos sábado de compras en el centro comercial.

—Ya voy...

—No —discutió Taehyung —Ya voy, no, ¡Ya! —ordenó tirando de su mano para obligarlo a incorporarse.

Jimin rio y se sentó en la cama aunque el movimiento le provocó un profundo mareo y su estómago se revolvió obligándolo a correr al baño donde devolvió la cena con grandes arcadas.

—Hey, Minie, ¿te encuentras bien? —indagó Taehyung preocupado inclinándose sobre el para sostener su cabello alejado de su rostro.

—Sí, creo que sí —dijo poniéndose en pie para acercarse al lavabo y enjuagar su boca —Estos últimos días estoy bastante nervioso, ya sabes, con todo lo de los hijos de Jungkook y mi discusión con Eun Woo... Creo que ha acabado afectándome físicamente.

—No es para menos —reconoció su amigo. —Esos chicos son unos niñitos mimados. No entiendo que no dejen a su padre en paz.

—Lo sé. Pero son sus hijos y de alguna forma tenemos que solucionarlo. Buscar la forma de que lo acepten o al menos que puedan vivir con ello.

—Deberíais ignorarles hasta que aprendieran a comportarse como adultos. Son unos inmaduros.

—Lo sé, Taehyung, pero he de reconocer que a veces tengo miedo de opinar o decir algo y que Jungkook se lo tome a mal. Eun Woo me lo dijo, Jungkook no me elegiría a mí antes que a sus hijos, y creo que tiene razón.

—Es que no tendría que verse obligado a elegir —discutió Taehyung molesto.

—Lo sé. Espero que no tenga que hacerlo.

Mientras Jungkook en su despacho se sumergía en el trabajo, Jimin y sus amigos, se sumergían en el centro comercial, visitando todas las tiendas a las que Taehyung les arrastró.

A la misma hora que Jungkook se reunía con Jackson Wang para su comida de negocios en SunFood, Jimin entraba en un restaurante de comida rápida con sus amigos, en el mismo centro comercial.

—El jueves próximo es el cumpleaños de Mark —comentó Yoon Gi —y piensa dar una fiesta en su casa, espero que todos vengáis —dijo mirando claramente a Jimin.

—Lo intentaré —aseguró sonriendo mientras daba un bocado a su sándwich de pavo.

—Lo intentaré no me sirve —explicó Yoon Gi. —Puedes traer a Jungkook.

Seducción prohibida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora