Jimin abrió la puerta de su casa y entró en silencio, con el rostro angustiado.
Sus amigos cenaban, sentados en el sofá del salón, viendo una comedia en la pantalla plana.
Los tres se voltearon hacia la puerta al escuchar el sonido de ésta abriéndose, y los tres se envararon al ver entrar a Jimin con el semblante acongojado.
—¡Mierda! —gruñó Rose dejando su plato sobre la mesita del café. —Maldito cabrón —soltó levantándose de inmediato para acercarse a Jimin y rodearlo con sus brazos.
Su cálido abrazo fue lo único que Jimin necesitó para soltar el desgarrador llanto que venía conteniendo desde que había salido del departamento de Jungkook.
Sin decir palabra, Rose lo guio al salón y ambos se sentaron junto a Taehyung y Yoon Gi que lo observaban preocupados.
—Minie... —le llamó Yoon Gi en voz baja tomando la mano de su amigo entre las suyas. —Minie, ¿qué sucedió? —preguntó.
—Maldito cabrón —rugió Rose manteniendo a Jimin entre sus brazos. —Seguramente se negó a ocuparse del bebé.
—Maldito bastardo —espetó Taehyung sintiéndose furioso. —Todo lo honorable y adulto que fue a los veinte años no ha podido serlo a los cuarenta. Cabrón.
Yoon Gi les dedicó a sus amigos sendas miradas reprobadoras, haciéndolos callar.
—Jimin, cariño —repitió Yoon Gi —¿Qué sucedió, Minie? ¿Fue por lo del niño? ¿No lo ha querido aceptar?
Jimin se sorbió y se limpió con una servilleta de papel que cogió de la mesa, mientras negaba con la cabeza, sin poder hablar sin dificultad.
—No. No ha sido eso. Ni siquiera pude decirle que estaba embarazado —explicó ganándose tres miradas confusas.
—¿Entonces?
—Me dejó —dijo y el llanto volvió a asaltarlo.
—¿Te dejó? ¿Qué quieres decir con eso? —inquirió Taehyung extrañado. —¿Antes de que le dijeras lo del bebé?
—Sí.
—Pero ¿por qué?
—Por sus hijos. —declaró —Hoy se reunió con sus hijos. Ellos no lo aceptan. No aceptan nuestra relación y él prefiere plegarse a sus deseos antes que enfrentarse a ellos para defender lo nuestro.
—Maldito cabrón—rezongó Rose molesta.
—Me dijo que sus hijos son más importantes para él que cualquier otra cosa. Dijo que yo lo comprendería cuando tuviera mis propios hijos.
—¡Ya vas a tener a tu propio hijo! —gritó Taehyung frustrado. —En menos de nueve meses tendrás a tu hijo, y da la casualidad que también es suyo. ¿O acaso sus hijos mayores son más importantes que el que está por nacer? Debiste decirle lo de tu embarazo. Debes llamarle y decírselo —insistió.
—No, Taehyung, no voy a hacerlo. No puedo hacerlo.
—¿Por qué no? Debes hacerlo.
—No. No quiero que se quede conmigo solo porque voy a tener un hijo suyo. Ya lo hizo una vez y no fue feliz. No fue feliz él, no hizo feliz a su mujer, ni siquiera a sus hijos. Yo no quiero eso para mí. No quiero ser como Na Ra. Me merezco más que eso. Y mi hijo también. Nos merecemos alguien que nos ame, más allá de cualquier compromiso que se vea obligado a aceptar. Yo también buscaré la felicidad de mi hijo, y no creo que sea feliz sabiendo que su padre está con él por obligación o algún estúpido sentido del honor. Sé que en algún momento se lo diré, pero no todavía.
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Seducción prohibida
Fiksi PenggemarJungkook no cree que exista el amor, al menos no para él. Jimin está dispuesto a demostrarle que no existen diferencias entre dos personas que se aman. Jungkook debe demostrarle que se enfrentan a algo perverso y prohibido. ¿Sera que lo lograra? ...