Capítulo 5

5.1K 698 27
                                    

Su primer día de trabajo lo ponía bastante nervioso.

Pero su nerviosismo no se debía a ningún tipo de inseguridad profesional, sino a que dudaba de ser capaz de no dejar en evidencia la opinión que tenía de su jefe.

Por suerte para él, cuando llegó le comunicaron que Jeon Namjoon había regresado, por lo que ese día no trabajaría con Jungkook sino con su hermano.

Un alivio y una pena, todo a la vez.

Jungkook por su parte se sintió agradecido de que su hermano hubiese regresado a la oficina ese día.

No se sentía capaz de pasar varias horas sentado junto al abogado de precioso cuerpo, sin tener una erección.

¡Dios! Se excitaba de sólo recordar las piernas del joven cruzándose frente a él y haciendo que su pantalón se apretase en sus muslos.

Ese chico podría ser su hijo, se repitió una y otra vez, durante la tarde y la noche anterior, pero ni aun así logró evitar recordar su cuerpo exquisito bajo su traje profesional, su cabello rubio, sus ojos oscuros y profundos y su exquisito rubor.

Jimin y Namjoon estaban encerrados en el despacho de este último, al final de la tarde.

Namjoon le había estado enseñando los distintos contratos que estaban negociando, así como también los que ya tenían firmados anteriormente.

Allí les encontró Jungkook, cuando pasó a verlos antes de marcharse.

—Buenas tardes —saludó asomándose por la puerta del despacho de Namjoon.

—Ah, Jungkook —respondió su hermano —Ven, entra —le invitó.

No pudo evitar fijarse en el rubor que cubrió las mejillas del chico cuando desvió la vista de él.

—Estaba a punto de marcharme y quería ver cómo había ido todo, qué le había parecido todo a Jimin hasta ahora —sonrió mirando al joven.

—Creo que ha estado bastante bien —respondió Namjoon en su lugar —Aunque tal vez lo estoy confundiendo con tantas cosas —rio el hombre.

Jungkook se sentó junto a Jimin, en una de las butacas que había frente al escritorio de su hermano.

—Oh, no —discutió Jimin —Creo que es mucho trabajo, pero es tan variado e interesante que creo que estaré cómodo trabajando aquí.

—Es verdad que tenemos contratos de lo más variados —reconoció Jungkook —ya que abarcamos empresas de muy diversos tipos. Ya sabes, comprar y vender. Requiere mucho trabajo, y ahora que este hombre va a convertirse en padre por tercera vez, necesitará mucha ayuda. Ya no tiene treinta aunque él quiera aparentarlos —comentó burlón

—¿Qué significa eso? —inquirió Namjoon con fingida indignación

—Cambiar pañales a los cuarenta y cinco no será igual que lo que era a los treinta y cuatro.

—Cambiar pañales es lo que menos me preocupa, el problema es no poder dormir por las noches —reconoció el moreno.

—No quiero ni pensarlo —rio Jungkook.

—Hay que hacer como hizo mi hermano —explicó Namjoon dirigiéndose a Jimin —Tener niños a los diecinueve cuando aún eres capaz de sobrevivir durmiendo tres horas por noche.

Jimin sonrió mirando de Namjoon a Jungkook.

—No, no te confundas, Jimin. No hay que hacerlo.

—¿Por qué no? —preguntó curioso.

—Porque los diecinueve es una edad para salir con amigos por los bares, emborracharse, conocer personas, ir a la universidad y no perderte una fiesta. Dormir tres horas, pero por haber estado en el bar hasta las cuatro de la mañana. No para tener una familia de cuatro que mantener.

Seducción prohibida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora