Capítulo 12

4.6K 688 53
                                    

Cuando Jimin llegó hasta Jungkook vio que le acompañaba Yun Ho.

—Hola, Jimin —lo saludó el chico entusiasta.

—Hola, Yun Ho. No esperaba verte, no sabía que nos acompañarías a Ulsan.

—Decisión de último momento. Jungkook me lo dijo ayer a última hora. —le informó su compañero haciéndolo sonreír socarronamente.

Era evidente que su jefe tampoco se atrevía a quedarse con él a solas.

—Es genial —sonrió antes de saludar a Jungkook —Buenos días, Jungkook.

—Buenos días, Jimin —respondió el hombre con formalidad evitando su mirada.

El vuelo fue corto y Jimin, sentado junto a Yun Ho, se dedicó a hablar animadamente con él.

Cuando se instalaron en el hotel Park Hyatt de Ulsan, tenían bastante tiempo antes de la hora fijada para su reunión con los dueños de Ulsan Tools, la empresa manufacturera con la que estaban negociando.

Las reservas de habitación se habían hecho a destiempo por lo que Yun Ho no estaba alojado en la misma planta que Jungkook y Jimin.

Cuando el chico bajó del ascensor en su planta, Jimin y Jungkook quedaron a solas, una vez más, en el pequeño espacio de un ascensor de hotel.

Jimin sonrió socarronamente sin hablar ganándose una mirada furibunda de parte de su jefe.

—¿Por qué sonríes? —preguntó con rudeza.

—¿Disculpa? —le dijo observándole condescendiente.

—¿A qué se debe esa sonrisita irónica? —gruñó.

—¿Tenías miedo de quedarte a solas conmigo, Jungkook? —espetó risueño —¿Fue esa la razón para traer a Yun Ho, o es que ya no confías en mí como abogado?

—No te pases conmigo, Jimin —rugió acercándose a él amenazadoramente para acorralarlo contra la pared del ascensor.

—¿Crees que yo me paso contigo? —preguntó insolente —Eres tú quien se pasa conmigo. Te excitas conmigo y luego dices que me equivoco; delante de mí finges con tu novio que él es quién te lo provoca e intentas humillarme, cuando tú y yo sabemos que te mueres por besarme y por mucho más que eso.

—¿Qué pretendes? —dijo entre dientes con su rostro a escasos centímetros del de él.

—Satisfacción. Satisfacción para ti y para mí.

—¿Crees que puedes satisfacerme? —inquirió petulante.

—No seas hipócrita, Jungkook —comentó presuntuoso. —Tú sabes que lo haría. Sabes que esta erección —dijo estirando su mano para apretarla contra el miembro inflamado que se hacía notar contra los pantalones de él —es mía, y sólo yo podría complacerte realmente.

—Pues deberías saber que Soobin se las apañó muy bien con la erección que tú creías haberme causado en la última junta de directores.

—Que yo creía... —dijo soltando una risotada —¿Por qué te cuesta tanto admitir que te excito y te atraigo? ¿Por qué no aceptas que aunque te niegues a dejarte llevar estás deseando tenerme desnudo y clavarte en mi cuerpo para correrte dentro de mí? ¿Por qué no reconoces que por mucho que folles con Soobin es en mí en quien piensas cuando lo haces?

—Eres demasiado arrogante para tu propio bien —susurró excitado antes de por fin lanzarse sobre sus labios.

Jimin llevaba dos meses esperando ese momento. El mismo tiempo que Jungkook llevaba temiéndolo.

Seducción prohibida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora