Capítulo 4

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Jimin caminó junto a Jungkook mientras éste le iba enseñando los despachos y presentándole a las personas que los ocupaban.

Sabía que al final del día no recordaría ni a la mitad de ellos pero esperaba que no se lo tuvieran en cuenta.

Era normal que estuviera nervioso, aunque lo normal no era que la mayor parte de su nerviosismo se debiera al hombre que caminaba a su lado.

Jungkook era un hombre en toda regla. Además de increíblemente atractivo, se le veía maduro y responsable.

Las pequeñas arrugas que rodeaban sus enormes ojos verdes, sumado a los cabellos plateados que salpicaban su cabello desordenado, le conferían un aire adulto que lo volvía loco.

Era todo lo que buscaba en un hombre, aunque seguramente era todo lo que todas las personas buscaban en un hombre, por lo que difícilmente estuviera libre. Aunque aún no hubiera anillo en su dedo, seguro que habría por ahí alguna persona que llevaría un diamante que él le hubiese regalado.

Quizás incluso la preciosa joven rubia, que había abandonado su despacho minutos antes.

Cuando llegaron al departamento jurídico, Jungkook le presentó a quienes serían sus compañeros más directos junto con Jeon Namjoon, el director del mismo.

Pero mientras Jungkook, Jimin y Yun Ho, el ayudante de Namjoon, hablaban sobre los contratos que tenían entre manos, una voz arrogante les interrumpió.

Vaya, vaya, vaya. Mirad quién está aquí.

Los tres se voltearon hacia el joven que acababa de entrar, y Jimin sintió el suelo moverse bajo sus pies.

Eun Woo, el chico que había conocido una semana antes estaba allí mirándolo y dedicándole una sonrisa petulante.

Jungkook frunció el ceño al ver entrar a su hijo con su habitual desparpajo.

—Eun Woo, él es Park Jimin, es Abogado y acaba de incorporarse a nuestro departamento jurídico.

Jimin le observó pálido y el chico le dedicó una mirada de arriba abajo.

—Vaya, Jimin —dijo con familiaridad y eso sorprendió a los otros dos hombres —¿Cómo estás, cariño?

—Hola, Eun Woo —respondió el con timidez incómodo ante el trato familiar del chico.

—¿Os conocéis? —indagó Jungkook mirando de uno a otro confundido.

—Sí.

—No.

Ambos respondieron a la vez contradiciéndose.

—Nos conocimos hace unas semanas —explicó Eun Woo sin dejar de mirarlo.

—En realidad no nos conocemos —le refutó el —No tenía idea que trabajaras aquí.

—Te lo dije. Te dije que trabajaba en la empresa de mi padre.

—¿La empresa de tu padre...?

—Sí, este hombre que ves aquí es mi padre —explicó Eun Woo señalando a Jungkook y esa nueva información realmente lo desestabilizó.

—¿Tu... padre...? —musitó

—Sí. ¿No le has dicho que tu maravilloso primogénito trabaja aquí? —le comentó a su padre

—Diría que más que trabajar, pierdes el tiempo. ¿Crees que puedes volver al trabajo?

—Sí, claro, papá —respondió condescendiente —Te veo luego, cariño. Bienvenido a la empresa Jeon, tal vez podamos luego salir a tomar algo para celebrar tu incorporación.

Seducción prohibida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora