Piso de Saga y Shaka, bien entrada la noche.
- ¿¡Pero cómo te has atrevido a ir tras él!? ¡¿Eh?! ¡¿Me lo puedes explicar?!
El estado con el que Saga llegó a sus dominios no era muy esperanzador. Como tampoco lo era el que se estaba cebando con Kanon en el momento de separarse. La aparición de Defteros en "The Wyvern's Cave" se había presentado como el peor regalo de año nuevo que ambos gemelos pudieran tener, y Shaka era consciente de ello. Tanto como que su decisión de prestar cercanía al recién llegado no sería bien aceptada por casi nadie.
Y Saga no era la excepción.
- Lo haré si te relajas un poco, Saga...- Propuso Shaka, que mentalmente luchaba con intensidad para mantenerse calmado pero firme.
- ¡Y una mierda! - Los papeles que llevaba el Fiscal entre manos se estamparon contra la mesa del salón, cayendo esparcidos aquí y allá mientras su dueño daba rodeos sin sentido con pasos que comandaba la furia interna que sentía.- ¡No puedo relajarme! ¡No estás en disposición de pedirme ésto! ¡No tú! - Le soltó, enfurismándose aún más al ver cómo Shaka se agachaba para ir recogiendo todo el desecho de anotaciones que acababa de ocasionar el gemelo mayor.- ¡Y deja éso, joder!
- Son tus estrategias para el juicio...
- ¡Me importan una mierda ahora mismo!
Shaka inspiró con cautela. Trató de no mirarse a Saga, pero no podía evitar ser partícipe de los insanos rodeos que éste no cesaba de dar entorno a su figura aún agachada. Se obligó a no contestar, a no rebajarse al nivel de nociva exaltación que estaba propiciando el Fiscal. Y odió con todas sus fuerzas tener que estar enfrentando una batalla dialéctica sin sentido con alguien que en ese momento no parecía presto a recapacitar.
Así que apiló los papeles, hizo caso omiso de más palabras que sus oídos rehusaron de atender y se alzó con la intención de acomodar bien todas las anotaciones para volverlas a insertar dentro del dossier que había corrido la suerte de quedarse atrancado entre la mesa y una silla bien arrimada a ella. El orden no le importó, pero los guardó, y lo hizo sin aceptar su parte en la batalla...de momento.
- Saga...Te lo digo en serio.- Expuso al fin, mirándose a su compañero de vida a través de la graduación de su sobria seriedad.- Debes calmarte. Y sabes porqué. Llevas con el ritmo cardíaco muy acelerado demasiado tiempo seguido. Podrías llegar a encontrarte mal, sufrir alguna bajada de tensión o un ataque de ansiedad.
- ¿Ahora sí que eres cardiólogo? - Inquirió Saga con una sorna que no era consciente de la intensidad con la que podía herir dándole un sobrante uso.- ¡Qué curioso! ¡Solo entiendes de cosas del corazón cuando te interesa! ¡Menudo médico estás hecho! ¡De conveniencia! - La mirada que le dedicó Saga antes de dirigirse hacia el amplio sofá dolió tanto como las palabras derrochadas sin sentido, pero Shaka siguió impasible. Al menos por fuera, aunque por dentro todo su ser temblara ante la inminente explosión de una de sus peleas míticas y terriblemente aborrecibles. El Fiscal le dio la espalda, alzó un cojín que el forense creía que solo apartaría para al fin, tomar asiento, pero vio como dicho objeto era arrojado con fuerza sobre el mismo sofá, acompañando este desubicado y rabioso gesto de un gruñido que no auguraba ningún estado de calma cercano.- "Ahora no entiendo de temas médicos del corazón, ahora sí..."...- Gruñó Saga con descaro, rodeando el sofá y fijándose en qué otro objeto podía caer víctima de su insalvable frustración. Shaka tragó saliva con pesadez, cerró los ojos por un largo segundo e inspiró...todo lo que pudo.- A fin de cuentas, ¿qué vas a saber tú de corazones? A los muertos que tienes como pacientes ya no les sirven de nada...
- Te estás pasando, Saga. No es mi culpa que Defteros haya decidido aparecer en vuestra vida justo ahora.
Saga enmudeció. Tan peligrosamente como solía hacer antes de desatar una de sus más candentes explosiones, y Shaka se mentalizó para ello. Para recibir el ataque y contrarrestarlo como buenamente pudiera.- ¿Cómo dices? - Inquirió Saga, avanzando unos preciosos pasos que le personaron frente al forense.- ¿Defteros? ¿Le nombras como si os conocierais de toda la vida y te quedas tan tranquilo?