49. Desayuno con hermano

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49. Desayuno con hermano

Día después del ingreso de Hypnos en prisión

Piso de Saga y Shaka

El correr del agua de la ducha llenaba la habitación de una monótona musicalidad que en nada ayudaba a despejar los adormecidos sentidos de Saga. El vapor emergía por la puerta abierta acompañado del agradable aroma del gel que usaba Shaka, y todo lo que hizo Saga después de medio abrir los ojos, estirarse un poco y acordarse que no debía salir de casa para nada fue darse media vuelta, aprovechar el ancho de la cama y re-descubrir la agradable sensación de hacerse el remolón a gusto.

Shaka dejó que aprovechara. Que durmiera y holgazaneara todo lo que quisiera. En absoluto le importaba desayudar solo, pero decidió mandar un whatsapp a Mu para proponerle encontrarse en la cafetería del Instituto de Medicina Forense y empezar el día con una buena charla de amigos, junto a un par de cafés bien cargados y algo de bollería recién hecha. Hacía días que notaba a su compañero de trabajo algo decaído, y no le gustaba descubrir cómo trataba de ocultar la triste mirada que había conquistado sus ojos escudándose tras su sonrisa siempre afable. Dio unos minutos de margen a su partida, esperando la respuesta de Mu, y cuando ésta llegó aceptando el amical plan, el espectro de Saga se materializó en el salón.

- ¿Ya has desayunado? - Inquirió, rindiéndose a un bostezo que no se esperaba.

- No...acabo de quedar con Mu para desayunar con él. ¿Y tú por qué no duermes más? Por un día que puedes...- Shaka guardó el móvil dentro la mochila bandolera que siempre se llevaba al trabajo, y mientras seguía la conversación iba comprobando que no se dejaba nada sobre la mesa del comedor.

Saga se apoyó con ambas manos en el respaldo de una silla, observando con aires indolentes lo que estaba haciendo el forense.- Quisiera, pero sé que ya no me voy a dormir de nuevo. Kanon vendrá a media mañana para ayudarme a organizar la acusación de Hypnos y quiero hacer algunas cosas con tranquilidad antes de que llegue.

Otro bostezo asaltó al fiscal, y por mucho que éste se tapara la boca no pudo evitar acompañarlo de un quejido, su consiguiente rascado de cabeza y el apropiado acomodamiento de los calzoncillos, única prenda que le cubría el cuerpo de cintura para abajo y que había sido rescatada del suelo al salir de la cama. El torso estaba vestido con una de las camisetas de manga corta que siempre usaba para dormir, pero sin darse cuenta que la lucía al revés. Tal y como quedó cuando hacía tan solo unas horas había sido invitada a irse lejos, junto con los calzoncillos, justo antes de disfrutar de otra sesión de sexo, más calmada y dedicada que la vivida por la mañana.

- ¿Es buena idea que Kanon venga a "ayudarte"? Recuerda que siempre que os juntáis acabáis haciendo cualquier cosa menos algo de provecho. Eso en el mejor y más raro de los casos. La mayoría de veces acabáis discutiéndoos...

- No nos discutimos, simplemente intercambiamos posturas a nuestra manera.- Saga se internó en la cocina y se dispuso a prepararse un café mientras seguía hablando.- Sabes que Shura no está, y no me vendrá mal un poco de colaboración, aunque provenga de Kanon. Además, está obcecado en que quiere dejar de ejercer la abogacía e intentaré que recupere algo de ilusión.

Shaka fue traicionado por una silente expresión de incredulidad, pero no juzgó las estériles esperanzas de Saga mientras le observaba las espaldas mientras tomaba la tacita con una sola mano y soplaba el humo que surgía de ella, esperando un cierto enfrío para poder degustar el primer sorbo. Imponiéndose un poco de responsabilidad Shaka dejó de fantasear con el cuerpo medio desnudo del fiscal, con la nalga que la mal colocación de los calzoncillos dejaba ver sin vergüenza y se dirigió hacia el perchero de la entrada para coger su chaqueta, sobresaltándose cuando el timbre del interfono comenzó a sonar con pesada insistencia.

Duelo Legal IV: Justos por PecadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora