El estrés

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Pov T/n

Ya habían pasado 4 días desde que Navier se fue, me entere gracias a Mackenna que mi hermano había ido a ver a Navier a la cabaña el día de su cumpleaños. Rastha me había estado siguiendo, pero al parecer estaba preocupada por algo. No se porque estaba preocupada pero iba a averiguar, si algo tenía que ver con ella definitivamente ese algo sería malo.

Me escabullí hasta el columpio en el que ella estaba y me escondí detrás de un arbusto, tenía que saber que era lo que pasaba.

—¿Estas bien?—pregunto Ergi...

—Espera....¿¡Ergi!?—pensé mientras me alteraba—¿¡Que hace aquí el?! Bueno, supongo que será mejor así. De esa forma ella hablará—pensé con una sonrisa.

—Rastha no está preocupada por nada—respondió esta

—¿Estas preocupada porque el Emperador está enfermo?—se acercó a ella

—Rastha también se siente mal porque la Emperatriz no puede regresar y tiene que cuidarlo—respondió con una fingida tristeza.

—¿Y?—cuestiono Ergi

—Su Majestad solo piensa en Rastha, inculto enfermo—respondió confiada

—Pfff jajajaja—Rastha lo miro con un puchero—Lo siento, fue una mentira muy obvia—paro de reír—pero su reacción fue adorable—sonrió—Al parecer te preocupa que se vuelvan a acercar—Rastha se sorprendió.

—Ah Rastha no le preocupa—Respondió sonrojada

—Segura—se acercó a esta y tenía una sonrisa un tanto extraña.

Él planeaba algo, y definitivamente no me iba a oponer a cualquier cosa que dañe a esa arrastrada.

Estos siguieron hablando por un rato, después Rastha regreso a su habitación y Ergi se acercó donde estaba.

—¿Piensas seguir escondiéndote?—preguntó este mientras abría los arbustos.

—¿¡?!—me altere—N-noooo, y-yo no estoy aquí. S-soy un arbusto. Si eso, un arbusto—dije para después cubrirme con las plantas.

—¿Oh? ¿Un arbusto mágico?—sonrió maliciosamente

—S-si—conteste mientras me cubría más

—Si eres mágico—pensó—Concédeme el desafeo de que aparezca la Princesa—me volteó a ver

—Pufff—me destape—Oh ¿Qué hago aquí?

—Te trajo un arbusto mágico—aguantó la risa

—Que cosas ¿no?—sonreí

—Ya, shu shu—me empujó—Que si no te van a descubrir conmigo y se va a hacer un escándalo.

—De acuerdo, de acuerdo—quite sus manos de encima mío—Ya me voy—y me regrese a mi habitación.

1 semana después Navier y el Emperador por fin regresaron.

—Su Majestad—corrió Rasta hacia la carroza

—Pero que odiosa—le susurre a mi hermano

—Concuerdo—siguió mirando la carroza

Los dos estábamos a lo lejos mirando hacia la carroza, esperando a que Navier saliera.

Rastha corrió a abrazar al Emperadores.

—Que exagerada—susurre con molestia

—Si—dijo mientras miraba a Navier

—Rastha—dijo Sovieshu mientras la abraza de regreso

Navier y Rastha se vieron, Rastha con los ojos llorosos y Navier no frialdad.

La princesa de el imperio de OccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora