Deprimido

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Pov T/n

—Es tu hermano—hablo Mackenna.

—¡¿Qué le pasó?!—grite alterada—¡¿Esta todo bien?!

—De primera mano creo que Heinry te extraña bastante, los conozco y nunca han estado tanto tiempo separados—hablo Mackenna—En vez de trabajar en la oficina se la pasa en tu habitación haciendo papeleo.

—Es cierto que lo vi en mi habitación hace rato—hablé—Tal vez sea porque es un momento difícil, y además es verdad nunca habíamos estado tanto tiempo separados.

—Lo se, está medio deprimido—habló Mackenna—Y me cuesta tenerle compasión porque me hace la vida más difícil—Mackenna se cruzó de brazos y suspiró.

—¿Qué sucedió?—le pregunté.

—Debido a lo sucedido todos tenemos más trabajo, incluyéndote—comenzó a explicar—Heinry necesita una Reina con la que dividir el trabajo, pero se niega a casarse con ninguna de las mujeres del Reino—termino de explicar—Heinry es muy terco—se quejó.

—Mackenna, ya lo conoces—suspire—Cuando quiere algo no deja de intentar conseguirlo, y sabes al igual que yo que él está enamorado de Navier—termine de hablar—Será casi imposible convencerlo que se case con alguien que no sea ella...aunque si preferiría que ella sea mi cuñada—susurre lo último para mi.

—Lo se, pero ella es la Emperatriz del Imperio de Oriente—habló Mackenna en forma de queja—Es una mujer casada, CASADA—enfatizó la palabra.

—Lo se Mackenna, lo se—suspire—Pero Heinry está enamorado, no creo que la deje ir tan fácil y se case con cualquier mujer de este Reino.

—Está bien—suspiro—Quédate hasta mañana para que veas por ti misma su comportamiento, y reprendas.

—De acuerdo—suspire—Iré con el—después de decir eso salí de la habitación.

Me dirigí a mi habitación y toque la puerta, escuché que alguien se levanto y suspiro.

—Mackenna, si es para regañarme nuevamente..—detuvo sus palabras cuando me vio—T/n—habló sonriente y después me abrazó—¿Qué haces aquí?¿No estabas con mi Reina?

—Si, pero alguien me habló diciendo que tenías problemas—hablé mientras me separaba de él.

—Mackenna—suspiró—No tengo ningún problema, solo que no me gustan las candidatas que me propone Mackenna—hablo sonriendo inocentemente.

—Ajá, ¿y porque razón te encuentras en mi habitación y no en tu oficina trabajando?—pregunté mientras levantaba una ceja y sonreía.

—Es que es más cómodo aquí, ninguna otra razón—sonrió nervioso.

—Ajá, y yo me llevo bien con Kosair—hablé y después lo abracé—Parece que te escondes de tus problemas en mi habitación—lo abracé más fuerte.

—No te preocupes, todo está bien—me abrazó más fuerte—Solo tengo más trabajo y estoy más cansado, pero aparte de eso todo bien.

—Mmm, deja finjo que te creo—lo mire y sonreí—Vamos adentro—lo solté.

—Si—me sigue y luego pensó—Espera, ¿dijiste Kosair?¿Quién es?

—Tengo mucho que contarte—sonreí y luego me senté en mi cama—Empecemos por el echo de que Navier tiene un hermano, y se llama Kosair.

—Eso es interesante—después de decir eso pensó un momento—Podría ganarme a su hermano—sonrió con esperanza —Ayúdame con eso—pidió—De esa forma será más fácil que mi Reina acepte casarse conmigo—me miró con ilusión.

La princesa de el imperio de OccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora