cita en la montaña

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Terminamos muy tarde en la noche con aquella investigación, logramos hacer un gran avance ese día debido a mi idea. Me encontraba regresando junto a Kosair. Ambos estábamos muy emocionados porque el día de mañana sería nuestra pequeña cita.

Llegué agotada a mi habitación y en cuanto entre me fui a dormir. Por la mañana me deporte temprano para poder terminar unos detalles sobre nuestra investigación del día anterior, de esa manera Kosair y yo podríamos salir antes y disfrutar más de nuestro tiempo juntos. Terminé y me fui hacia la habitación de Kosair, tenía que asegurarme de que cumpliera con su palabra y si fuera a tomar el té con Laura.     Toqué la puerta de cierta manera para que él supiera que era yo la que iba entrar a su habitación.

–¿Estás preparado mentalmente para el día de hoy?--le pregunté mientras entraba a la habitación.

–¿De verdad tengo que ir?--se quejó, él aún estaba acostado y se encontraba en su cuerpo normal. Aún no se había tomado la poción de metamorfosis.

–Si, tienes que ir si no quieres que Laura comience a sospechar de que algo anda mal con Colette. Ella por nada del mundo rechazaría una buena taza de té junto a su amiga para hablar de todo lo que pasa en todos lados–me acerque a la cama y me senté en la orilla–Venga, no será tan malo. Laura es una persona muy divertida.

–¿Tan divertida como para sentarse a tomar el té y hablar de la vida de los demás en vez de buscarse una ella misma?--habló con sarcasmo e ironía.

–Ey, no seas grosero–le di un golpe en la cabeza–Respeta a mis amigas y a las de Colette. No puedes opinar sobre ella si no has tenido una conversación con ella. Además, te sorprendería lo interesante que puede llegar a ser, uno se entera de muchas cosas.

–Ahg, no suena para nada divertido. Prefiero quedarme aquí y descansar hasta que tengamos que ir al laboratorio–puso su cara en su almohada y se tapó la cabeza con otra.

–Supongo que no me dejas otra opción–me subí a la cama y me avente encima de él–Vas a ir con Laura porque vas a ir con Laura–comencé a sacudirlo hasta que me dolieran los brazos, despues me baje de la cama y lo jale de los pies hasta tirarlo de la cama.

–Auch, no tenias porque ser tan agresiva–se sobo el brazo, aun en el suelo.

–No me dejaste otra opción, estoy segura de que si hubiera sido amable tú seguirías poniendo excusas–le ofrecí mi mano para levantarse.

–Tal vez tengas razón o tal vez no–tomo mi manos, pero en vez de levantarse me jalo y termine en el suelo junto a él–Esa fue mi venganza por haberme despertado–ya en el suelo, comenzó a hacerme cosquillas–Y esta es mi venganza por haberme tirado al suelo.

–Basta, por favor, piedad–no podía respirar de la risa. Finalmente le hizo caso a mis plegarias y dejó de torturarme–Bien, tal vez si me merecía eso, pero aun así tienes que ir.

–¿De verdad tengo que ir?¿No puedes ir conmigo?--se acostó junto a mi en el suelo.

–Quede de desayunar con tu hermana, asi que no puedo ir contigo–me acoste de lado para verlo a la cara. Aún no lo veía totalmente convencido, así que decidí intentar convencerlo. Me acerqué a él y le di un pequeño beso en los labios–Puede que te diviertas más de lo que piensas–Kosair se quedó analizando lo que pasó.

–De acuerdo, iré, pero con una condición–salió de su trance y por fin reaccionó.

–¿Cuál?--pregunté con curiosidad.

–Que me des otro beso cuando regresé de tomar el té–fingí que lo pensaba por un momento y finalmente asentí.

–Bien, trato hecho–sonreí y él hizo lo mismo.

La princesa de el imperio de OccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora