Baile publico

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Pov T/n

Había llegado el día del baile, el vestido que me pondría era largo, amplio, con los hombros descubiertos y mangas largas, y de color negro. Fui a ver cómo iba Bastida Navier para saber si me tenía que cambiar o no, después de eso me encontraría con Ergi cerca del salón donde sería el baile.

—Que bonito vestido—se acercó Mackenna

—¿A dónde vas así tan arreglada eh?—me regaño Heinry

—Con Navier—le saque la lengua.

—Aaaa—puso su mano en su pecho indignado—Aleja tus sucias manos de mi mujer.

—Nunca-sonreí

—De todas maneras ya tiene pareja para el baile, así que no puede ir con La Emperatriz—hablo Mackenna

—¿Pareja?

—Calla Mackenna, que él no sabía

—Oh—Mackenna puso cara de entendiendo que ya la regó.

—¿Quien es?

—Si bueno, me tengo que ir, adiós—salí corriendo de la habitación

—De esta no te salvas—grito mi hermano—Que ese maldito té traiga aquí a las 10.

—Si, si—me fui corriendo—Como digas papá—le grite a lo lejos.

Llegue a la habitación de Navier y toque la puerta.

—Hola T/n, Coleette pasen—abrió la puerta Laura—Tu vestido es hermosa, el tuyo también Coleette.

—Muchas Gracia—fui interrumpida por Navier

—Si, es hermoso, sin embargo..—puso su mano en su barbilla y pensó.

—Noooo, por favor no vayas a ser como mi mamá—llorique un poco—Esos días eran una tortura.

—¿Cómo tu mamá?—se preguntó Navier

—Si, ella no era tan estricta conmigo para nada—hablé mientras me sentaba—Pero cuando se trataba de algún evento importante era una tortura.

—¿Porqué?—preguntó Laura

—No me gusta el vestido, no me gusta el color, te quedaría mejor este vestido, peínate bien por favor, ponte unos tacones, ¿como puedes usar botas bajo el vestido?—hable mientras imitaba a mi madre—Y así podía seguir, y solo por ella es que utilizo vestidos en los eventos. Aunque no me veo nada mal—hice mi cabello para atrás egocéntricamente.

—Jajaja, me acuerdo de esos tiempos—hablo Coleette—La Princesa siempre se escondía, bastante bien diría yo, pero la Reina siempre la encontraba.

—Esa mujer tenía una brújula incrustada—me levanté de mi lugar—Es imposible que siempre me encontrara sin esfuerzo.

—Le debes tener mucho respeto y la debes querer  mucho—se acercó a mi Navier—Y supongo que ya que estás grande no te escondes.

—La quiero y la respeto, siempre lo haré—le sonreí—Aunque...desearía poder volver a esconderme como lo hacíamos antes.

—¿Porqué no lo haces?—preguntó Eliza

Me quede callada y Coleette hablo.

—La difunta Reina, falleció hace algunos años—Coleette miró al suelo.

—Oh, lo lamento mucho—Navier me abrazó.

—No hay problema, fue hace bastante—le di una sonrisa triste—Por lo menos tengo esto—le enseñe un collar que tenía en mi cuello—Era de ella—sonreí al ver el collar.

La princesa de el imperio de OccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora