Un nuevo integrante en el imperio

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Pov T/n

Navier y yo nos dirigimos hacia su habitación. En cuanto llegamos nos sentamos una frente a la otra. Antes de comenzar pidió a Eliza un poco de té y un trozo de pastel.

En cuanto lo trajeron Navier tomó un pedazo, suspiro, y comenzó a contarme la razón de su destierro.

—¡¿Qué el hizo que?!—pregunte alterada después de escuchar lo que me dijo.

—Como dije, corto la oreja del Vizconde Lotteshu en busca de información sobre Rastha—suspiró Navier—Eso, sumado al echo de que compró droga abortiva para Rastha. Llevo a Sovieshu a tomar la decisión de desterrarlo.

—¿Porqué hizo eso el tara...tan querido de tu hermano? Jaja—reí nerviosa.

—Entiendo que quiera descubrir esa información. Pero no entiendo porque llego tan lejos como para lastimar a alguien—Navier suspiro triste, ignorando mi insulto anterior hacia su hermano.

—No lo se, pero no puedo ni imaginar como debes sentirte—puse mi mano en su hombro, en señal de apoyo.

—No pude hacer nada para evitarlo—hablo muy triste. Lo único que pude hacer fue abrazarla. Mis palabras no la consolarían en estos momentos, ya que nos estoy precisamente infeliz por el echo de que lo desterrarán. Al menos ya no lo vería más.

—Navier...—ella me volteó a ver y yo suspire pesadamente—Puede que no te guste lo que vaya a decir pero...La verdad es que no podías hacer nada, ni aunque lo intentaras de otras formas. Y solo debes pensar en que fue mejor que lo desterraran a que lo encerraran.

—Es verdad—me miro a los ojos y después suspiro—Al menos al ser desterrado es libre, y puede viajar a otro Imperio. Y si no lo desterraban lo encerrarían y pasaría toda su vida en un lugar pequeño y obscuro.

—Vez—la solté y sonreí—Tienes que ver el lado bueno de todo esto. No solo pienses en que lo desterraron, piensa en que ahora es libre—volví a sentarme en mi lugar.

—Tienes razón, muchas gracias—Navier me dedico una sonrisa, esta vez, llena de felicidad.

Después de lograr que Navier se relajara, y dejara de pensar en eso, decidí que sería buena idea visitar a los niños ya que solo estaría el día de hoy.

Camino a visitar a los niños, me encontré con él no muy agradable Emperador.

—Princesa, no sabía que vendría—habló serio.

—Fue algo de último minuto. Pero mañana estaré de regreso en mi Palacio—hablé seriamente mientras comenzaba a caminar—Si me disculpa—Sovieshu tomo mi brazo y me detuvo.

—No hay necesidad de ser así, puede quedarse el tiempo que guste—el me soltó y yo solo asentí y me di la vuelta.

—Que bipolar—susurre para mi misma. Retome mi camino hacia la habitación de Andrew. Toque la puerta y Andrew la abrió mientras regalaba a los gemelos por algo.

—¿Necesita algo?—después de decir eso, volteo a verme y se sorprendió—Oh, pequeña T/n. A pasado un tiempo—me abrazo.

—Solo fueron un par de días—reí y devolví el abrazo— ¿Dónde está mi par de aprendices?—pregunté mientras lo soltaba.

—Se encuentran dentro. Están desanimados desde ayer, así que creo que verla los animará—sostuvo la puerta para que yo entrara.

—¿Dónde están mis sucesores de magia curativa?—hable mientras entraba y los buscaba con la mirada. De un momento a otro ambos niños se encontraban encima de mi, mientras yo me encontraba en el suelo.

La princesa de el imperio de OccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora