Me hicistes mucha falta

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Violetta caminaba sigilosamente hacia la puerta de su casa. Hace 6 meses que no miraba a su papa y quería sorprenderlo. Con cuidado camino de puntitas y cuando iba a abrir la puerta alguien le cubrió los ojos.

-¿Quien soy?-pregunto una vos fuerte y masculina.

-Ay... no se-contesto Violetta sonriendo- para mi que el jardinero.

Leon rio y quito sus manos de los ojos de su novia.

-Te extrañe preciosa-dijo acariciando la mejilla de ella.

-Yo mas Leon-contesto ella sonriendo- ¿soy yo o estas mas musculoso?

Leon se aparto un poco de ella y apretó la mano, para resaltar sus musculos; como presumiendo.

-No. No creo-contesto como quien no quiere la cosa.

Violetta rio y volvió a acercase a el.

-Sos super humilde.

-y super guapo también , no lo olvides.

-menos mal sos solo mio.

Violetta se acerco mas y acaricio la mejilla de Leon y justo cuando la distancia se iba a hacer nula alguien exclamo:

-Vilu!

Violetta se giro y se encontró con su mejor amiga, muy diferente de cómo la recordaba.

-Fran!-exclamo Vilu lanzándosele a su mejor amiga.

Las dos se abrazaron con fuerza mientras reian. Fran estaba mas alta, su cabello seguía igual pero su rostro había cambiado. Sus facciones parecían ser mas finas y delicadas, no como las de una adolecente. Violetta no podía creer que hace tan solo seis meses se estaba despidiendo de ella y ahora parecía toda una mujer madura.

-¡Mirate!-exclamo Francesca- toda una artista profesional, haciendo giras por el mundo...

-y vos mas hermosa que nunca!-interrumpio Violetta dándole una vuelta a su amiga, como si estuvieran bailando.

-y además...-añadio Francesca enseñándole algo brillante en su dedo anular.

-Eso es...

-Si-contesto Francesca con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡¿Te vas a casar?!-exclamo Violetta mientras volvia a abrazar a Fran con fuerza.

Ambas brincaban como niñas pequeñas por causa de algo que les causaba emoción.

-Felicidades, amiga-dijo Leon acercándose a Fran, para darle un abrazo.

-Gracias, amigo-contesto ella separándose y con una gran sonrisa-no saben lo feliz que me hace el verlos juntos.

-Sin vos no hubiera sido posible-comento león rodeando a Violetta con un brazo.

-A mi me alegra que hayas encontrado el amor cuando pensaste que no había esperaza-comento vilu tomando la mano de su amiga.

-Si, bueno. Menos mal Marco llego justo a tiempo.

Todos rieron ante el comentario y se volvieron a abrazar.

-Bueno, ahora tengo que ir a saludar a papa. ¿Me acompañan?

Leon y Fran asintieron con la cabeza y siguieron a Violetta. La casa en la que vivian ahora era mucho mas pequeña que la mansión. German había tenido que empezar desde cero. Nueva casa, nueva vida. El ganaba muy poco en comparación a lo que solia ganar y solo con lo que Vilu obtenía de sus giras era que lograban mantenerse a flote y poder pagar la pequeña casa.

Vilu camino en silencio hasta la cocina y diviso a German de espaldas, este estaba cocinando algo que desprendía un olor delicioso. Con cuidado le cubrió los ojos y le dio un beso en la mejilla. German sonrio y se giro para ver cara a cara a Violetta.

-Vilu! ¿Qué haces aca?-le pregunto ya que supuestamente llegaría hasta la otra semana.

-Visitando al mejor papa del mundo, eso hago.

German sonrio y abrazo a su hija con fuerza.

-Me hiciste mucha falta, princesa.

Vilu se separo y lo vio con ternura. No le gustaba la idea de dejarlo solo cada vez que se iba de gira. Ramallo y olga se habían casado y lo visitaban de vez en cuando, pero casi siempre estaba solo.

-Eh... permiso-se excuso Leon entrando a la cocina-¿Qué tal señor German?

-Bien, Leon. Gracias-contesto el con una sonrisa-¿y ustedes?

-Excelente-contesto Fran-bueno.. yo creo que ya me voy yendo. Adios amiga, te veo mañana para desayunar.

Vilu asintió con la cabeza, feliz y abrazo a su amiga como nunca en la vida lo había hecho.

-Yo también me voy-añadio Leon- adiós hermosa.

En ese momento German se giro, para darles privacidad. Violetta se acerco a Leon y toco sus labios contra los de el. Incluso después de tantos años seguía sintiendo esa emoción indescriptible cuando lo besaba.

-Adios, mi amor-le dijo viéndolo salir.

Pronto solo quedaron Violetta y su padre. Tenian mucho de que hablar.

Lo que nos mantiene unidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora