Lo que nos mantiene unidos

¿Cómo es tú mamá?

Thiago conducía a toda velocidad con su bicicleta, las lagrimas caian por su rostro delicado. No sabia cuanto había conducido, lo único que sabia era que no quería ver a su mama, nunca mas. Cuando sus piernas empezaron a dolerle hallo una banca y se sento. El pequeño sollozaba sin parar, sin saber en donde estaba o como regresar a casa. Se sentía confundido, enojado y con resentimiento. No entendía porque angie reaccionaba de tal manera al pedirle conocer a su padre,pareciera que lo quisiera alejar de el.

Sin parar de llorar escuchaba como la gente pasaba, peo no le importaba; su mirada estaba fija en una grieta que había en el pavimento, sus ojos apenas eran capaces de verla debido a la oscuridad en el parque. Lo único que la iluminaba era la luz de los faroles a los lados del pavimento. El pequeño limpio las lagrimas con su sudadera cuando una sombra cubrió la grieta.

-¿Thiago?-pregunto Violetta no muy segura de que fuera el a causa de la poca que luz.

El pequeño levanto el rostro lleno de lagrimas.

-¿Qué te paso?

El rubio solo la observo. Esta vez el joven que acompañaba a Vilu ya no estaba, este había sido remplazado por un hombre alto y grande.Thiago no lo supo describir bien, pues todo estaba oscuro. Violetta camino hacia la banqueta y se sento a su lado.

-¿Te perdiste de nuevo? ¿Dónde esta tu abuela?

-En casa-contesto el bajando la mirada de nuevo.

Esta vez el hombre se sento a su otro lado y le ofreció su chaqueta, pues empezaba a hacer frio y la sudadera del pequeño no parecía ser suficiente para cubrirlo del frio.

-¿y tus padres?-pregunto German, colocándole la chaqueta encima al chico.

Thiago sollozo de nuevo mientras el hombre se acomodaba en la banco, el pequeño pudo sentirlo ya que las tablas de madera crujieron debajo de ellos.

-Papa, el es el chico de la billetera-comento Violetta explicándole a su papa porque lo conocía.

Hace unos minutos Leon había tenido que irse a una carrera que se le había presentado de emergencia. German decidió ir por Violetta, pero se distrajeron un rato y caminaron por el parque. Su hija le había contado sobre su encuentro con Thiago y sobre el como el chico era tan adorable.

-Entonces-interrumpio German sacando su billetera- yo pienso que un héroe como vos se merece un premio ¿no te parece?

Thiago levanto la vista y se encontró con unos ojos marrones. Ahora podía verlos mejor. El hombre tenia una sonrisa simpatica. El rubio no sabia porque pero había algo en el que lo hacia sentir como seguro, protegido y querido tanto que no puedo evitar devolverle la sonrisa.

German no supo porque pero de repente sintió un cariño hacia el pequeño. Había algo en el que lo hacia sentir la necesidad de protegerlo y cuidarlo. Sentía que lo conocía de algún lado, pero estaba seguro de que nunca lo había visto. Era como si alguien conocido se reflejara en el rostro del rubio.

-Bueno. Te comprare un helado, pero primero me tenes que decir ¿Por qué estas aca solo?-continuo German queriendo saber el motivo de la tristeza del pequeño.

Thiago bajo el rostro, apenado.

-Escape de casa-contesto en voz baja.

-y ¿Por qué?

-Discuti con mama.

-Bueno no se porque haya sido pero tenemos que volver a tu casa.

-¡No! Por favor no!-rogo el pequeño juntando sus manitas en señal de suplica.

-Si no volvemos, no hay helado.

Thiago lo pensó, hasta que se cruzo de brazos y se planto en la banca.

-Entonces no quiero helado.

German rio por lo bajo y miro a su hija. Vilu le hbia dicho que el chico era simpatico pero nunca pensó que tanto.

-Esta bien, haremos esto-sugirio German-yo voy por dos helados, mientras vos le contas a Vilu que paso, asi te calmas un poco y asi volvemos a tu casa con dos helados ¿te parece?

El pequeño lo pensó y vio a German indicar el numero con sus dedos. Thiago lo vio a los ojos y levanto un dedo mas en la mano de German

-Que sean tres-dijo el rubio-tomalo o dejalo.

German rio de nuevo. Sabia que no podían llevarse al pequeño a casa. Si podían dejarlo sano y salvo en su hogar eso debian hacer.

-Todo sea por el héroe-contesto German riendo-ya vuelvo.

German se levanto, dejando a Vilu con Thiago.

-Entonces ¿Por qué huiste?-pregunto Violetta con curiosidad

-Es que... no entiendo a mama! No se porque no quiere que conozca a papa! Es como si quisiera alejarme de el, como si el nos hubiera hecho daño.ç

-Bueno, cual sea la razón de tu mama para hacer esto, algo de lógica ha de tener. ¿Nunca le has preguntado porque se separaron?

-No. Y no creo que me lo diga.

El pequeño empezó a jugar con sus pies, balanceándolos en el aire. Ya que estos no llegaban al suelo. Vilu sintió una inmensa ternura por el pequeño, con inseguridad acerco su mano hacia el y poco a poco acaricio su espalda. "Su madre ha de ser un ogro" Penso.

-y ¿Cómo es tu mama?

-Es muy buena. Es hermosa. Siempre me trata bien y es idéntica a mi.

-¿Cómo?-pregunto Violetta sin entender en que sentido.

-Bueno es rubia, tiene ojos verdes y mi abuela dice que su sonrisa ponía de rodillas a mi papa. El estaba muy enamorado de ella.

Violetta sonrio. A veces desearía tener a alguien que le diera mas información sobre su madre y la única persona que lo hacia se había ido.

-Bueno, ya se esta haciendo tarde asi que ¿Por qué no seguimos a papa? Asi de paso podemos llegar a tu casa mas rápido.

-Esta bien-contesto el pequeño desganado.

Juntos caminaron siguiendo el camino por donde German se había ido. German por su lado, ya había divisado el carrito de lo helados, en la oscuridad. El acelero su paso, pues el vendedor estaba yéndose. Justo cuando saco su billetera y se distrajo del camino su hombro choco contra algo. Rápidamente German se giro y vio como una mujer resbalaba, con rapidez la tomo por la cintura, evitando que cayera al suelo. Ambas manos rodeaban la cintura de la chica, pegándola contra el.

-¿Esta bien?-pregunto levantando la vista con la respiración agitada.

En medio de la oscuridad observo el rostro de la mujer a la que había rescatado. Su rostro era hermoso, pero sus ojos... en ese momento su corazón le dio un brinco y sintió como si estuviera dentro de un sueño. Sus ojos marrones habían chocado con unos hermosos ojos verdes. Esos ojos que el sabia descifrar a la perfeccion.

-A... Angie-balbuceo observando su hermoso rostro alumbrado por una tenue luz.

-German-susurro ella sin poder creerlo

Ambos estaban hipnotizados con el rostro del otro. Angie no se percataba de que sus brazos estaban enganchados al cuello de German, haciendo que la distancia entre ellos fuera minima. Ninguno era capaz de moverse.

-¿Angie?-pregunto Violetta acercándose a la escena.

Angie retiro la vista del rostro de German un segundo y vio a su hijo sujetado de la mano de su sobrina ¿Ya lo sabrían todo? Sintiendo la mirada de German encima suya volvió su mirada hacia el. Poco a poco empezó a perderse en esos ojos marrones y sintió que sus piernas no le obedecían, como sino reaccionaran. De pronto todo a su alrededor se empezó a oscurecer y en un abrir y cerrar de ojos cayo inerte en los brazos de German, siendo su rostro lo ultimo que vio.