Es una promesa

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German se había llevado a Thiago par dar un paseo por el parque y Angie se había quedado en la casa. Era tan extra;o volver a verlo. Ver que cargaba a su hijo y convivia con el, que lo amaba como si lo hubiera conocido desde hace a;os. El corazón de la rubia se había conmovido al extremo cuando lo vio cargarlo y sonreir. Seguía amando a German, pero una cosa era el deber de cuidar a su hijo y otra el que ellos estuvieran juntos. Le preocupaba que Thiago preguntara el porque de su separación o que se ilusionara con que pudieran volver a estar juntos; pues Angie no pensaba tener algo con German.

La rubia estaba sentada en la mesa, jugando con su comida. No tenia hambre. Lo único que pasaba por su mente en ese momento era si German pondría a su hijo en contra de ella. De repente las palabras de Violetta retumbaron en su cabeza: "Papa te quiere y nunca te haría algo que te hiciera da;o. El ha cambiado, no es el mismo German de hace a;os; desde que te fuiste papa ha recapacitado".

-Hojala sea verdad-dijo ella para si misma.

Angie siguió jugando con el tenedor mientras una sonrisa cruzaba su rostro sin permiso, recordando momentos vividos con German.

-Papa corre!-le gritaba el peque;o a German mientes este lo seguía en sus patines.

-Espera Thiago! No se como usar estas...

De repente German se desplomo en el suelo y se quedo allí, inerte. El peque;o se detuvo rápidamente y patino hasta donde estaba su padre. Cuando llego a su lado se lanzo a su lado y lo sacudió.

-PAPA! PAPA! Hablame decime algo!-gritaba el peque;o con angustia.

En un movimiento rápido German se sento y tomo a su hijo por la cintura para hacerle cosquillas.

-No, papa! Para! Para!-exclamaba el peque;o retorciéndose de la risa.

Ambos reian mientras German continuaba haciéndole cosquillas a su hijo. Cuando el peque;o ya no pudo mas German se detuvo y observo a su hijo reir. Su corazón se conmovio. Podía permanecer el resto de su vida observándolo. Tenia la hermosura de su madre y el carácter de su padre. Juraba que podría dar la vida por el. Thiago había llegado a devolverle la felicidad a German, el peque;o era la luz de sus ojos, junto con su ahora adolescente hija. Ambos eran su vida y su tesoro.

-Pa, me enga;aste-dijo Thiago mientras se ponía de pie.

-Lo se-contesto el quitándose los patines en el suelo-pero si no lo hacia no me ibas a esperar y... no se usar estas cosas.

Thiago rio y le ayudo a su papa a quitarse los patines. Una vez estuvo de pie saco sus zapatos de una mochila que hijo llevaba en la espalda. En vez de estos metio los patines y se coloco su calzado. German tomo la mano de su hijo cuando vio que su hijo estaba incomodo.

-Que pasa?-pregunto el hombre viendo las caras de su hijo.

-Es que... ya soy grande pa, ya puedo cuidarme solito.

German solto una carcajada. "Demasiado astuto para su edad"pensó el. Accediendo a los deseos de su hijo, caminaron sin tomarse la mano. Pero manteniéndolo cerca, pues si el peque;o se perdia; Angie seguro lo mataba. Caminaron por un largo rato, viendo los arboles, a las personas y como las hojas caian desde el cielo, rozando su rostro al caer.

-Papa-dijo Thiago de repente-te puedo preguntar algo?

-Claro mi amor-contesto German bajando la mirada hacia su hijo.

Thiago se detuvo y tomo la mano de su padre, haciéndolo girar. German se agacho para estar a la altura de su hijo y lo escucho con atención.

-Pa, vos todavía queres a mama?

Lo que nos mantiene unidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora