¿Cómo era papá?

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-...y entonces Caperucita Prometió a su Abuelita no hablar con ningún desconocido que se encontrara en el camino. De ahora en adelante, seguiría las juiciosas recomendaciones de su Abuelita y de su Mamá. Ya ves por eso tenes que hacerle caso a tu mama y a mi, Thiago.

-Bueno pero yo no soy la caperucita Abuela, yo soy hombre.

Angie y Angelica rieron ante el comentario de Thiago y se levantaron del suelo para sentarse en la cama del pequeño.

-¿Me leen otro cuento?-pregunto el.

-Ya es muy tarde mi amor, mañana ¿si?

-Estan bien, ma.

Angelia sonrio y los abrazo a ambos.

-No saben cuanto los extrañe. Me alegra de que hayan venido a visitarme.

-Nosotros también te extrañamos, abue-dijo Thiago acercándose a su abuela y dándole un gran abrazo.

-Yo mas mi cielo-dijo ella con ternura.

-Bueno yo voy a beber un vaso de agua y regreso ¿esta bien?

-Claro, mama. Buenas noches-se despidió Angie.

Angelica salió de la habitación y Angie arropo a su hijo. Luego se sento a su lado, en el borde de la cama y acaricio su cabello rubio, al igual que el de ella.

-Mama, ¿te puedo preguntar algo?-pregunto Thiago indicándole a Angie que se recostara a su lado.

-Claro mi amor-contesto ella acostándose a su lado.

-¿Cómo era papa?

Un silencio se apodero de la habitación. Angie sintió como el corazón le palpitaba rápidamente. Ella trago fuerte y dijo:

-¿de donde te surgió la pregunta?

-Bueno, la abuela me ha dicho que soy igual a el. Asi que supongo que era rubio, con ojos verdes, guapo, carismático...

Angie rio y halo a Thiago. Para que estuviera mas cerca de ella.

-Bueno. Asi exactamente no era.

-¿Entonces, como era?

Angie suspiro y recordó. La sonrisa de el padre de su hijo la ponía de rodillas. Le encantaba sus hoyuelos, su manera de hacerla reir, sus chistes malos; que aunque lo fueran le sacaban una sonrisa.

-Bueno... tu papa. Tenia el cabello negro, sus ojos eran marrones y su piel bronceada.

-¿Como? Si no se parece nada a mi!

-Bueno físicamente, no. Pero tenes su sonrisa, sos igual o mas terco que el, sos muy dulce,sos...

-¿Para era guapo?-pregunto de repente.

-Eh... pues... si. Se podría decir que si.

-¿y vos estabas muy enamorada de el, no?

-Eh...-contesto Angie, la situación ya empezaba a incomodarla-Si.

-¿y el de vos?

-Supongo.

-Entonces... ¿Por qué nos dejo?

Angie sintió como si le lanzaron un balde de agua fría en la espalda. Nunca había pensando en que contestaría cuando Thiago le preguntara porque no conocía a su papa. Vivía con el miedo de que un dia le preguntaría, y tendría tiempo para pensarlo pero resultaba que fue mas rápido de lo que ella creyó.

-Bueno, ya es muy tarde-se exuso Angie-tenes que dormir la abuela te llevara al parque mañana.

-Pero mama...

-Pero nada, Thiago. Dormite, que ya es tarde.

Angie apago la luz y justo iba a girarse cuadno la pequeña mano de su hijo rodeo su muñeca, deteniéndola.

-Mama. Prométeme que un dia me vas a llevar a conocer a mi papa. Prometelo.

Angie cerro sus ojos, recordando cuanto la había hecho sufrir German. En la oscuridad su hijo no podía verla, pero estaba segura de que podía escuchar su respiración empezándose a agitar por los nervios.

-Lo prometo-contesto, queriendo salir de allí lo mas rápido posible.

Thiago sonrio en la oscuridad y solto el brazo de su madre. Angie salió del cuarto y cerro la puerta detrás de ella. Cuando se giro se encontró con su madre quien la miraba fijamente, sentada en el sofá.

-No vas a poder seguir escondiéndole a German que tiene un hijo. Thiago tiene derecho a saber quien es su papa. No podemos alejarlo de German y vos tampoco podes estar lejos de el, aunque queras negarlo.

-No te entiendo mama, pensé que odiabas a German por avernos hecho tanto daño, el...

-Se que nos hizo daño, hija. Pero a pesar de todo es el padre tu hijo y no podras evitar que se conozcan. No por mucho tiempo.

Lo que nos mantiene unidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora