Quisiera saber como es

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Angelica abrió la puerta a Thiago. Ambos entraron a la casa de Angie y cerraron la puerta detrás de ellos. El pequeño colgó su mochila en un perchero junto a la puerta ¿Qué llevaba en su mochila? Un sueter y un poco de dinero. A pesar de solo tener cinco años le gustaba ser independiente, claro que el dinero se lo daba Angie pero desde pequeño pretendía ayudar a Angie según el con sus gastos. Era la única persona que tenia y el asumió responsabilidad sobre ella.

-Entonces, yo no le digo a mama que me dejaste solo y vos no le dicis que no me quede en donde debería haberme quedado ¿Trato?-pregunto Thiago extendiendole la mano a su abuela.

Angelica sonrio y se puso las manos en la cintura.

-¿y porque crees vos que voy a acceder?-pregunto ella.

-Porque a ambos nos conviene.

Angelica rio y le estrecho la mano a su nieto.

-¿A quien habras salido vos tan picaro?-pregunto ella bromeando, sin esperar respuesta.

-A papa- contesto el pequeño con simpleza.

Angelica lo vio con seriedad pero ternura al mismo tiempo. Desde la mañana había notado pensativo a su nieto, mas de lo normal.

-Abuela ¿Por qué a mama no le gusta hablar de papa?

Silencio.

-No es que no le guste mi amor. Es que... no sabe que decir al respecto.

-Como ¿no lo conocía entonces?

-Si , pero...-contesto Angelica intentado hallar las palabras adecuadas-es algo complicado.

Thiago simplemente asintió con la cabeza y se sento en el sofá, cabizbajo. Su abuela lo imito, sentándose a su lado. Al parecer el pequeño quería decirle algo.

-Sabes-comenzo- hoy una chica me dijo que mi papa siempre estaría conmigo. Aca.

Thiago señalo su corazón y luego bajo la mano de nuevo.

-¿Ah si? ¿No te habras enamorado de la chica, no?

-¡No! Era muy grande para mi.

Angelica rio.

-Yo se que papa esta en mi corazón pero quisiera saber como es, conocerlo.

Angelica observo a su sobrina con ternura y tristeza. El no tenia la culpa de nada, lo único que pedia era poder ver a su papa, como todo niño normal lo haría.

-Bueno, si eso es lo que queres deciselo a Angie.

-¿Vos crees?-pregunto el emocionado.

-Si

Thiago abrazo a su abuela con fuerza, haciéndola reir. Cuando de repente Angie se para frente a ellos.

-Mama ¿puedo hablar con vos un segundo?-pregunto con severidad.

Angelica y Thiago se separaron de inmediato. El segundo brinco del sofá y fue hasta Angie, tomo su mano y le dijo:

-Ma, llevame a ver a papa ¿si?

-Eh... hoy no Thiago. Hoy no puedo-contesto Angie intentando evitarlo.

-Pero vos me prometiste que lo harias-respondio Thiago elevando el tono de voz.

-Pero hoy no talvez...

-Pero mama! YO QUIERO VERLO!

-¡QUE NO THIAGO ENTENDE! NO TE VOY A LLEVAR A VERLO! SOLO TE LO PROMETI PARA QUE ME DEJARAS EN PAZ Y TE DURMIERAS DE UNA VEZ!

El pequeño observo a su madre con despecho. Sus ojos se llenaron de lagrimas. Angie nunca le había gritado, siempre le hablaba con cariño y paciencia.

-Bien-contesto el con enojo- si vos no me llevas, voy yo solo.

Dicho esto Thiago tomo su pequeña mochila, colgada junto a la puerta y salió; dando un portazo al salir. Angie se quedo estatica, su corazón latiéndola a mil por hora. Observaba la entrada, esperando a que su hijo volviera, estaba atardeciendo y no pudo haber ido tan lejos.

-Tarde o temprano lo va a encontrar, Angie-le advirtió a Angelica por segunda vez a su hija, poniéndose de pie.

-Si no fuera por vos, talvez seria un poco mas tarde-contesto la rubia tomando su abrigo y su bufanda.

Angie salió y cerro la puerta tras ella. Con detenimiento observo la calle, no había ni un alma. "No pudo haber ido lejos"pensó mientras empezaba a caminar, poco a poco su preocupación aumentando por el bienestar de su hijo. Angie camino cuadras y no vio rastro de Thiago por ningún lado. Con esfuerzo a causa del orgullo llamo a su madre.

-Toma el auto, necesito que lo busques por la plaza y lugares cercanos. Yo buscare en el parque-le dijo mientras observaba a la gente caminar por el parque.

-Esta bien, adiós hija. Te avisare si lo encuentro.

-Gracias-contesto Angie colgando el teléfono.

Ahora su paso era rápido, casi un trote. Ya casi anochecía y Thiago seguía sin aparecer. "No debi haberle gritado, me muero si algo le sucede por mi culpa" La joven siguió caminando, cada vez mas rápido, con la esperanza de que su hijo estuviera en algún lugar del parque.

Lo que nos mantiene unidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora