Lo que nos mantiene unidos

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Cinco a;os después...

-Ok... uno, dos, tres y ... donde esta Theo?-pregunto Angie observando a su alrededor.

-Dormidote como siempre- comento Emma poniendo los ojos en blanco y cruzándose de brazos- no hace nada mas que eso.

Angie rio por lo bajo mientras bajaba la mirada, para ver a su peque;a hija. Emma era un versión de Angie en minitaura; era idéntica a su madre en absolutamente todo. Su carácter, su físico y hasta en sus gestos. Cabello casta;o, ojos verdes, nariz respingada y sonrisa encantadora. Era como si hubieran extraído el ADN de la madre y asi hubieran clonado a Emma. Lo único diferente en la nena era que su pelo era completamente lacio, como el de Violetta cuando era una peque;a.

-Emma y yo le avisamos que tenia que despertar para sorprender a papa y al parecer no nos hizo caso-a;adio Bruno, el tercero de los trillizos; mientras se alzaba de hombros.

El peque;o tenia los ojos casta;os, al igual que los de Violetta. Su cabello era de un color marron y su tez blanca. Toda su carita parecia ser de un mu;equito hecho de porcelana y lo mas bello eran sus pesta;as; largas y siempre peinadas. El chico era la cosa mas adorable que haya pisado la tierra.

-Bueno pues alguien va a tener que despertarlo - continuo la madre de cinco cinco hermosos hijos- Thiago, mi amor podes ir a buscar a Theo?

-Siempre yo- comento el ojiverde entre dientes, de manera desganada mientras se volteaba para ir al cuarto de su pelinegro hermano, dos puertas mas abajo.

-Como?- pregunto la ojiverde como si no lo hubiera escuchado.

-Siempre es un gusto, ma- contesto el fingiendo alegría mientras se giraba un segundo para sonreírle falsamente a su madre.

Angie sonrio fascinándole tener control sobre el peque;o de diez a;os. Ese dia era el cumplea;os de German y como todos los a;os ella y sus hijos le hacían una sorpresa. Este a;o le llevaban el desayuno junto con cuatro lindas tarjetas hechas por cada uno de su hijos, para el. Aun no habían decidido a donde ir pues no habían tenido tiempo de hacerlo, pero eso vendría después. Lo importante ahora esque todos estuvieran listos. En ese momento los tres se encontraban enfrente de la habitación de German, esperando el momento en que Theo, Violetta, Leon y Thiago llegaran para abrir la puerta.

-Perdon! Enserio lamento haber llegado tan tarde!-exclamo una voz femenina por detrás de Angie.

Emma y Bruno se giraron para ver de quien se trataba y al hacerlo se encontraron con su hermana mayor subiendo las escaleras a toda velocidad, seguida por su esposo.

-Vos que haces corriendo?!-chillo Angie intentando hacer el menor ruido posible- no podes correr teniendo ocho meses de embarazo!

-Yo... yo se lo dije- a;adio Leon jadeando, mientras apoyaba sus manos en sus rodillas, encorvándose a causa de la carrera que habia tenido que hacer recién.

Violetta rio mientras su tia la sermoneaba y sus hermanos se lanzaban hacia ella para abrazarla. Adoraba a los cuatro chicos que ahora alegraban su vida pero lo que mas la emocionaba era el saber que en pocos días ella tendría su propio bebe para consentír, rega;ar, abrazar, besar y disfrutar. Despues de apretujar a Emma y a Bruno, la ojicasta;a camino hasta llegar a donde estaba Angie.

-Hola- la saludo con una sonrisa radiante, omitiendo el rega;o de hace segundos.

Angie suspiro y puso los ojos en blanco. Ya habia perdido la cuenta de cuantas veces habia rega;ado a Violetta a causa de desobedecer las indicaciones del doctor.

-Hola- respondio la ojiverde empezando a reir, dejándose llevar por la sonrisa de su sobrina.

Tia y sobrina se abrazaron, con una gran panza de por medio mientras Leon cargaba a Bruno en un brazo y a Emma en el otro. Violetta los vio con una sonrisa en el rostro, no podia esperar mas para verlo hacer el rol de padre. De pronto y sin previo aviso un gran chapuzon se escucho en lo mas profundo del pasillo y este acompa;ado de un grito.

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