Uno, dos, tres escalones. El corazon latiéndole a mil y las manos sudándole. Angie se encontraba justo enfrente de la puerta de lo que ahora era la casa de Matias, una mansión envidiable. La casa era moderna y con un dise;o futurista, utilizando madera y metal por todas partes. En sus paredes se observaban unos ventanales enormes, de noche las luces de la ciudad creaban una hermosa vista. Angie resoplo mientras su mano se acercaba con pasimonia hasta la puerta. La casta;a no sabia que hacer, debía tocar? De que serviría que le informara a Matias que ya lo sabia todo, seguro le pediría guardar el secreto y si algo no podia hacer era mentirle a German sobre todo esto. Esto era una de las decisiones mas difíciles que había tenido que tomar. Mandar a Matias a la cárcel o dejar que German siguiera enga;ado por el resto de su vida. Aunque el pelinegro la enga;ara con alguien mas no podia hacerle esto, ella no era esa clase de personas.
Bajando las escaleras por quinta vez al fin se decidio por hacerlo. Tenia que saber de que se trataba todo esto. Decidida subio los tres escalones a zancadas y todo el timbre sin titubear. De inmediato se escucho movimiento por detrás de la pieza de madera y en ese momento Angie volvió a dudar. "Que estas haciendo aca?!" se pregunto a si misma pensando que seria una imprudencia hacerle un interrogatorio al rubio. Hace tan solo días que lo conocía y lo podia exigirle saber la saber, después de todo no se conocian tanto. Sintiendo que el corazon se le iba a salir se dio la vuelta rápidamente y volvió a bajar los escalones cuando de pronto se detuvo al escuchar su nombre.
-Angie?-pregunto Matias mientras fruncia el se;o.
"Diablos".
La casta;a cerro los ojos con fuerza, arrepintiéndose de haber tocado el timbre. Lentamente se dio la vuelta hasta encontrarse con Matias en la puerta. Este la veía curioso pero con una gran sonrisa en el rostro.
-Eh... hola- saludo sin saber como empezar.
Matias ensancho la sonrisa y se apoyo en la puerta, esperando a que la casta;a se acercara a el. El verla ahí parada con las mejillas totalmente sonrojadas le robaba una sonrisa traviesa.
-Hola-contesto Matias divertido por la actitud de Angie.
Ella puso sus manos atrás de su espalda, manteniendo el maletín oculta detrás de ella.
-Necesitabas algo?-pregunto el al verla ahí sin decir nada.
-Eh... yo quería- empezó Angie sacando el maletín por detrás de su espalda- quería devolverte esto.
Matias fruncio el se;o y fijo su mirada en el maletín de cuero. Por un momento sintio como el alma se le iba a los pies recordando lo que había dejado dentro de el maletín. Su mirada paso del maletín hacia Angie quien sostenia el maletín extendido en el aire para que el lo tomara. Busco cualquier indicio de que Angie lo hubiera descubierto pero al parecer solo había venido a devolverle el maletín. Un poco mas aliviado Matias se acerco y tomo el maletín. Era un tonto, ni siquiera recordaba haberlo dejado en casa de German. Porque lo había bajado del auto en primer lugar?
-Gracias-contesto el tomándolo, liberando a Angie de su peso- como estas con lo del bebe?
Angie tomo un mechon de su cabello que atravesara su rostro y lo coloco por detrás de su oreja. Le parecia considerado el que preguntara por ella, aun no le agradecía por llevarla a casa y haberla encontrado esa noche.
-Estoy bien, mucho mejor. Todo esta bien, no había nada malo con el bebe.
El asintió con la cabeza, no sabiendo que cara poner ante la noticia. Seguía sintiendo esa incomodidad al recordar que Angie estaba embarazada de el. Por otro lado le alegraba que ella estuviera bien, aunque no compartiera la misma felicidad.
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Lo que nos mantiene unidos
FanfictionDespues de que Jeremias accede a regresar al Studio, el y Angie se van enamorando mas y mas, hasta que una noche lo cambia todo. Cuando Angie descubre que Jeremias era en realidad German, Angie huye de Buenos Aires a Madrid, sabiendo que esta embara...