Yo te hago feliz?

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Angie asomo la cabeza por la puerta y observo a German sentado en el banco alto del desayunador con un vaso de agua y frotándose la cabeza, como si esta le doliera. La mujer lo observo detenidamente por un largo tiempo. "Vamos Angie no seas ridícula" se dijo a si misma dándose animos para entrar. El sue;o con maria la había desconectado de la realidad por completo, aun dudaba si seguía dormida o ya estaba despierta. La casta;a tomo una bocanada de aire y se adentro en la cocina. German levanto la vista de inmediato percatándose de la presencia de Angie en la habitación.

-Angie-dijo irguiéndose en el asiento- que pasa? Son las dos de la ma;ana.

La casta;a se aproximo hasta donde el estaba y se sento en el banco próximo a German. Angie solto un suspiro y subio la mirada para ver a los ojos a German.

-No es nada solo que... so;e algo.. raro-contesto sin saber muy bien como definir su reciente fantasia.

German fruncio el se;o y ladeo la cabeza.

-Como raro?-pregunto sin entender muy bien a que se referia ella.

Angie negó con la cabeza mientras se ponía de pie. No creía saber como explicar a la perfeccion lo que acababa de pasar, incluso ella tenia problemas recordando lo que su hermana le había dicho.

-Nada, olvídalo.

German hizo una mueca y asintió con la cabeza, prefiriendo no ahuyentarla con un interrogatorio. La casta;a se dirigio hasta la cafetera , deposito el café en grano dentro del filtro y vertio agua en la maquina. Acto seguido saco dos tazas y espero a que el café estuviera listo.

-Queres café?-pregunto ella a pesar de ya haber sacado la taza para el.

-Yo si, pero vos no podes tomar café-contesto el mientras se ponía de pie para llegar hasta ella.

Angie se giro y lo vio acercándose mientras ella entrecerraba los ojos, viendo con curiosidad al hombre. German dejo salir una risa grave desde su garganta y retiro una de las tazas que Angie había sacado para volverá a meterla a la gaveta.

-Asi que ahora sos mi nutriólogo?-pregunto ella con sarcasmo mientras se apoyaba contra el mueble junto al lavavajillas.

-Una de mis obligaciones como padre es esa-contesto German con una sonrisa, mientras sacaba una caja de te de manzanilla de otra gaveta.

Angie se cruzo de brazos mientras veía como German apagaba la cafetera y vertia agua en una tetera para prepararle te. Una vez hubo encendido la estufa, el hombre se apoyo en el mueble al lado de Angie y se cruzo de brazos, con la mente en otro lado. Angie bajo la cabeza entretenida con los peque;os rayones que poseía el suelo de madera,cuando de pronto noto que el pelinegro la observaba de pies a cabeza. El hombre la veía con una sonrisa leve en el rostro, ni en sus mas locos sue;os se había imaginado el tener un tercer hijo. El pensar en hacer a la familia mas grande lo embargaba de emoción y alegría.

-Que?-pregunto Angie mientras levantaba la mirada,viéndolo tan concentrado en ella.

-Nada.. es que el embarazo te sienta bien-opino el alzándose de hombros- te miras... hermosa.

Angie sonrio y volvió a bajar la cabeza, apenada. Desde que había hablado con Maria en su sue;o sentía un peso menos en su espalda, casi como si oir esas palabras de ella la hubieran liberado de toda culpa. Angie sintio como un escalofrio recorria su espalda al sentir como German posaba una mano en su espalda, como para llamar su atención. La casta;a levanto su mirada y se encontro con la mirada intensa de German. Del poco tiempo que llebava de conocerlo ya había aprendido a leer sus ojos. Con solo observar a esos ojos oscuros sabia en que estaba pensando el moreno, pero esta vez no supo de que se trataba ese brillo que surcaba sus ojos. El hombre tomo aire y poso sus manos sobre el estomago de Angie, acariciándolo con delicadeza.

Lo que nos mantiene unidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora