|Reescribiendo| El Pilar de la Nieve ❄️ (KNY X Oc)

Capítulo XXIX

⚠️Alerta de contenido⚠️
Pensamientos suicidas y de autolesión (no muy explícitos, pero los contiene).

Ya con todo esto aclarado disfruten el capítulo :)

Para todos los cazadores, Fuyuka solo cumplía con sus responsabilidades, qué equivocados estaban. Aunque era cierto que ella ejecutaba bien sus misiones, ella, después de su encuentro con la Segunda Luna Creciente, se fue y alejó de sus compañeros para emprender un entrenamiento totalmente drástico.

El entrenamiento que la pelirroja hacía era completamente diferente de Masaru, el cual consistía en prepararlo para ser, en un inicio cazador y luego Pilar, y el de ella se basaba en el autocastigo por su propia debilidad. 

Se insultaba constantemente, no realizaba ningún tipo de descansó independientemente de cómo estuviera el clima, le era imposible comer y ni siquiera lograba dormir bien por las constantes pesadillas donde su principal causante era Doma.

Todo lo que hacía perjudicaba su salud física y mental, pero, ¿cuánto tiempo lo podría soportar su cuerpo?

Dos semanas pasaron desde el incidente del Distrito Rojo, su cuerpo ya había aguantado mucho hasta el punto de que Fuyuka escupía sangre, por lo que en esa tarde de lluvia su cuerpo se desplomó en la húmeda tierra.

Estoy agotada, mi cuerpo no se mueve por más que lo intentó, supongo que era inevitable.

La verdad no me preocupa, ni me interesa.

Mis ojos no ven con claridad, pero sé que está lloviendo porque mi uniforme está empapado y los mechones sueltos de mi cabello están pegados a mi cara.

No me importa, encontrarme en este estado. 

Durante este tiempo he pensado que es mejor rendirme y morir, no se me ocurre una mejor solución que esa.

Pero ya no puedo hacerlo, porque ya le importo a más gente.

¿Por qué no hice hace cuatro años, antes de haber conocido a más personas?

¡Ah, ya lo recuerdo! Fue por él.

Mis párpados fueron cerrándose poco a poco.

Has sido el único que conquistó mi corazón con tu timidez y amabilidad, a pesar de demostrar lo contrario. Nunca te confesé mis sentimientos porque vi que no podían ser correspondidos, pero aun así quise estar a tu lado, aunque tú ya no me quisieras cerca.

Pero sigo insistiendo, ¿por qué sé cómo te sentirás si muero antes que tú? Y no quiero que sufras, por eso siempre me he preocupado más por ti, que por cualquier otra persona.

Es una tontería lo que diré con las pocas fuerzas que tengo, porque él no está y no responderá, pero aún tengo la esperanza de que al menos tenga una señal suya, así que lo haré:

—Dime alguna vez te has preocupado por mí como yo lo hice contigo, después de ese incidente —murmuré para finalmente cerrar los ojos.