|Reescribiendo| El Pilar de la Nieve ❄️ (KNY X Oc)

Capítulo XXXI

Dedicado a @Agatha5020 por la pregunta del capítulo anterior por acercarse, así que solo dire que la familia de Fuyuka (ancestros) si tiene que ver con Doma, pero no como ustedes piensan (insertar risa malévola).

Ese día estaba muy ansiosa porque sabía que mañana finalmente me entregarían el libro de la familia, el cual ha sido escrito cada generación desde hace más de 900 años.

Mi padre me dijo que él y mi madre, ya habían anotado lo que les correspondía y que cuando yo creciera, tenía que hacer lo mismo con mi futuro hijo o hija y así sucesivamente.

Termine de preparar las cosas e ir al pueblo a atender la botica porque mi padre se había sufrido un esguince de tobillo hace una semana, por lo que no podía encargarse de él. Pero como yo siempre lo acompañaba, lo ayudaba y tenía el conocimiento de cómo funcionaban la mayoría de las plantas medicinales, yo decidí encargarme del negocio mientras mamá y Haru cuidaban de papá.

—¿Tienes todo listo, Fuyuka? —me pregunto papá sentado en un futón, él tenía el cabello rojo y ojos azules.

—Sí, papá —le respondí con una sonrisa y en eso entro mi mamá junto a Haru.

—¿Estás segura de irte ahora, hija? Hoy podrías ir más tarde, la semana pasada te levantabas muy temprano —sugirió triste mi mamá, una bella mujer de cabello castaño y ojos dorados.

—Me encantaría, pero si una persona necesitará algo urgentemente y no estoy para ayudarlo, me sentiría mal por ello —confesé con sinceridad.

—Ya veo, pero me alegra saber que siempre serás una buena niña que se preocupa por los demás —dijo mi madre con una sonrisa cálida y luego hablo Haru.

—Nee-san, ¿ya te vas? Me pote tiste hacer lobo de papel —se acercó mi hermano un poco molesto, él era como una versión masculina de mi madre.

—Lo se Haru, pero no hay hojas de papel aquí en la casa, por eso iré al pueblo a comprarlas —me agaché a su altura—. Cuando regrese haremos todos los lobos que tú quieras, ¿de acuerdo? —le acaricié la cabeza y él asintió contentó—. Bueno, ya me voy, regresaré antes de que caiga el sol.

Me despedí de mi familia y comencé a bajar la montaña corriendo para llegar más rápido. Siempre hacía esto, sin importar como estuviera el clima, papá y mamá siempre se preocupaban por eso, pero la verdad es que conforme pasaba tiempo descubrí que, si aguantaba la respiración cierto tiempo, avanzaba más rápido y mejoraba mi resistencia.