Capítulo XXX

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Tokito fue directo a la habitación donde se escuchó él gritó, e Iguro detrás de él

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Tokito fue directo a la habitación donde se escuchó él gritó, e Iguro detrás de él.

Al entrar, tanto Obanai como Muichiro se sintieron aliviados porque finalmente habían encontrado a Fuyuka, quien estaba de pie al lado de su cama, aunque esa calma no iba a durar mucho tiempo.

Ya que mientras el joven de puntas aguamarina se acercaba a ella, Obanai rápidamente notó el estado en el que se encontraba; su rostro era más pálido de lo normal y se mostraba totalmente cansada, puesto que tenía las ojeras muy marcadas y oscuras como si fuera un panda.

Fuyuka parecía estar tan inmersa en sus pensamientos que ni siquiera se inmutó, cuando Tokito se había posicionado a su lado, hasta que el joven Pilar le pregunto:

—¿Qué sucedió en tu enfrentamiento con la Segunda Luna Creciente? —Muichiro era consciente de esto porque se lo dijo Masaru, pensando que se le olvidaría.

Lo que no esperaban es que aquella sencilla e inocente pregunta, hiciera que la pelirroja perdiera el control de sí misma; comenzando a sudar, a temblar y a balbucear cosas sin sentido como: todo lo que había pasado era su culpa, por ejemplo, las heridas de su tsuguko, el ala rota de Yuki, la pérdida del ojo de Rengoku, la casi muerte de Uzui, Inosuke, Zenitsu y Tanjiro.

En eso la pelirroja se dirigía hacia la puerta para salirse, pero perdió el equilibrio, debido a lo cansado y débil que estaba su cuerpo. Por suerte, Muichiro había evitado que la Pilar se cayera y se diera un mal golpe.

Pero las cosas seguían empeorando, por qué ahora ella tenía problemas para respirar.

Gracias a Kaburamaru que golpeó con su cola a Obanai, este por fin reaccionó y saco de su haori una caja, la cual contenía una jeringa para poder introducirle el tranquilizante que le dio Kocho, después de su reunión con Oyakata-sama.

Shinobu le dijo que solamente debía utilizarla, en caso de que Fuyuka llegará a manifestar una falta de aire.

Iguro no perdió más tiempo y le ordenó a Tokito que sostuviera bien a la pelirroja e inyectarla, lo cual resultó bien, ya que, en cuestión de segundos, se volvió a quedar dormida.

Finalmente, con la chica inconsciente, Obanai y Muichiro junto al perro, se iban de ese lugar. En el camino, el azabache le explicó, al niño de ojos verde menta, que la llevaría a la mansión Ubuyashiki.

Pero antes de tomar caminos diferentes, el chico habló:

—Espera un momento, Iguro-san —al escuchar su voz, el Pilar se detuvo con la pelirroja en sus brazos, al estilo princesa y Tokito se acercó a ellos Tokito—. En cuanto Fuyuka despierte —tomo la mano izquierda de la chica y en su muñeca ato el lazo que siempre usaba—, lo más probable que haga será buscarlo.

Obanai le agradeció a Muichiro, ya que este tenía razón, ese lazo... por extraño que les pareciera a los demás, era extremadamente importante para ella.

Luego de despedirse de él y del perro, el Pilar se dirigió a la mansión Ubuyashiki a dejar a la chica.

Al llegar, Oyakata-sama le indico a Iguro la habitación donde se quedaría Fuyuka temporalmente y hablar con ella, aunque para eso, tenían que esperar a que despertará.

Al llegar, Oyakata-sama le indico a Iguro la habitación donde se quedaría Fuyuka temporalmente y hablar con ella, aunque para eso, tenían que esperar a que despertará

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|Reescribiendo| El Pilar de la Nieve ❄️ (KNY X Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora