Capítulo LXVIII

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No sé cuánto tiempo estuve así, solo sé que, al levantar mi cabeza, vi a Tanjiro pelear solo contra Muzan

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No sé cuánto tiempo estuve así, solo sé que, al levantar mi cabeza, vi a Tanjiro pelear solo contra Muzan.

¡Ahora no es momento para lamentarse!

Me limpié las lágrimas de los ojos, y tomé con fuerza mi espada, al ver de nuevo ese ser tan desagradable y despreciable.

¡No te preocupes, Masaru! ¡Me encargaré de que en tu próxima vida puedas ser feliz!

Mientras Fuyuka se acercaba, Tanjiro perdió el equilibrio y quedó expuesto a uno de los látigos del Rey Demonio

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Mientras Fuyuka se acercaba, Tanjiro perdió el equilibrio y quedó expuesto a uno de los látigos del Rey Demonio. Por suerte, Obanai también se había despertado y lo había salvado de su inminente perdición; sin embargo, su cara se había llenado de cicatrices, perdiendo su vista en el proceso.

Cuando Muzan se dispuso a atacar al dúo, la pelirroja apreció cortándolo para que no les hiciera daño. Tanjiro pronunció contento su nombre, pero luego cambió su expresión al ver la mirada de la chica llena de odio y frialdad.

A medida que Muzan e Iguro junto a Fuyuka intercambiaban golpes, el primero se dio cuenta de que Kaburamaru estaba prediciendo sus ataques y transmitiéndole la información a Obanai para que pudiera reaccionar adecuadamente.

Fuyuka, Tanjiro e Iguro continuaron usando sus técnicas para presionar a Muzan, mientras que el Rey Demonio se comentaba que hace mucho debería de haber sido capaz de matarlos a los tres, ya que estaban totalmente fatigados, pero la droga le impedía hacerlo; por el hecho de que estaba agotando su fuerza para poder recuperarse de sus heridas.

Mientras la batalla continuaba, Tanjiro se dio cuenta de que no podía entrar en el Mundo Transparente debido a la privación de oxígeno.

¡Somos tres contra uno, pero sigue siendo difícil! ¡Tengo que hacer algo para superar esto! Por alguna razón, Fuyuka solo está concentrada en atacar a Muzan, lo cual nos ha salvado a Iguro-san y a mí en varias ocasiones, aunque no parece la misma de siempre —opinó viendo a la chica con cierto temor—. En cuánto Iguro-san, él me ha salvado varias veces también, tengo que ayudarlo de alguna manera —en eso vio el cambio en el cuerpo de Muzan, revelando numerosas cicatrices—. ¡Estas heridas son los puntos débiles de Muzan! ¡Yoriichi-san, nos está guiando!

Al observar las cicatrices, el propio Muzan, recordó su primer encuentro con Yoriichi y una ola de aprensión y desagrado se apoderó de él. Señalando que aquel hombre parecía débil y, sin embargo, sus ataques hirieron todo cuerpo hasta el punto en el que no se curaría incluso después de un milenio, llamándolo irónicamente a Yoriichi un monstruo en lugar de él.

¡Muzan ya no pude esconder sus heridas! ¡No puede ocultarlas! ¡Claramente, está debilitándose! —se motivó Tanjiro al ver los esfuerzos de Iguro y Fuyuka para debilitar a Muzan estaban funcionando, y se dice a sí mismo que no podía decepcionarlos—. Pero tengo que hacer algo con los ojos de Iguro, ¡Kaburamaru puede ayudar! ¡¿Qué hago?! ¡Oh, cierto! Los ojos de Yushiro podrían ayudarlo.

—¡Cuarenta y cinco minutos hasta el amanecer! —anunció un cuervo Kasugai, e hizo que Muzan huyera repentinamente.

¡¿Está escapando?! —se preguntó la pelirroja mientras agarraba con fuerza su espada y resaltaban las venas de su frente—. ¡¿De verdad crees que te dejaré escapar?! —con una ira indescriptible se dispuso a seguirlo.

Mientras el Rey Demonio huía, pisoteando los cadáveres de los Cazadores de Demonios caídos que hace unos minutos antes había asesinado, hizo que Tanjiro llorara de la ira y le arrojará espadas a su cuerpo; molestando a Muzan ocasionando que no se diera cuenta de que la chica ya estaba frente a él.

La pelirroja atravesó su katana en el cuerpo de Muzan de forma diagonal, iniciando desde su abdomen hasta su pecho. Posteriormente, su mejor amigo, se acercó por detrás de él y le clavó su espada Nichirin en el cuello.

Tanjiro aprovechó esa oportunidad para agarrar los talismanes de Yushiro y dárselos a Obanai.

—¡Iguro-san, por favor, toma esto! —el pelirrojo le extendió los talismanes—. Combina tu visión con la de Kaburamaru y... —fue interrumpido por un ataque de Muzan, el cual logró esquivarlo gracias a Fuyuka, pero esto ocasionó que soltara los talismanes.

Fuyuka había comprendido el plan de Tanjiro para que Obanai fuera más útil en batalla, por lo que se esforzó en atacar sola a Muzan para alejarlo de ellos, al igual que cubría cada posible huida de este.

Ante esto, Tanjiro guiaba al Pilar de la Serpiente para que tomara los talismanes, aunque en un principio Obanai no sabía lo que le había pasado el joven, Kaburamaru si y fue su fiel compañero quien agarró los talismanes; permitiéndoles a ambos usar su visión en conjunto.

—¡Fuyuka, Tanjiro, arrincónenlo! —les gritó Iguro a los dos.

—¡Y qué crees que estoy haciendo! —le exclamó la chica de vuelta y siguió peleando.

Obanai ignoró la respuesta de su amiga suspirando de alivio, ya que hace unos minutos no parecía ser ella misma, temía que se dejará llevar por su ira y no razonará; luego se dirigió hacia Tanjiro.

—¡Asegúrate de moverte de tal forma que lo arrincones constantemente! ¡Definitivamente, no podemos dejarlo escapar de este lugar, entre los tres podemos hacerlo!

—¡Está bien! —le respondió el pelirrojo.
Con esto, el trío continuó conduciendo a Muzan a una esquina y no le dejaron espacio para escapar.

—¡Treinta y cinco minutos para el amanecer! —anunció nuevamente el cuervo, lo cual provocó que Muzan dirá por terminada la batalla.

—¡Fuyuka, Iguro-san, Muzan se va a dispersar! ¡Se va a dividir a sí mismo en pedazos diminutos para poder escapar! —les aviso Tanjiro al ver como su brazo izquierdo se hinchaba.

Fuyuka se posicionó sigilosamente al lado del chico:

—No te preocupes, no va a escapar —observó como el brazo de Muzan se desinflaba, lo cual generó que le dedicara una sonrisa llena de malicia.

|Reescribiendo| El Pilar de la Nieve ❄️ (KNY X Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora