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El tiempo corría con tanta rapidez cuando se trataba de acoplarse a la vida estudiantil. Volver a clases significó un reto de grandes proporciones al que Lee Hyukjae tuvo que ajustarse sin titubear o lamentarse en el proceso. Principalmente dada la posición en la que se encontraba.


Su demandante puesto en la Asamblea Estudiantil requería de imágenes pulcras y cuidadosas que no aceptaban cosas tan básicas como impuntualidades o rebeldías.


En el caso de Jannie la cuestión era mucho más liviana. Si bien no estaba eximido del ajetreo universitario al menos su día a día conllevaba algo de soltura con respecto a una que otra pérdida de clases o el hecho de prescindir de las tareas de menos porcentajes para completar las más complejas.


Es esa clase de trucos y mañas a los que un alumno se acostumbra con tal de pasar el año de la mejor forma posible.


Hyuk, por su parte, no parecía gozar de tanta suerte recién iniciado el año.


El museo que pensó le daría una oportunidad para completar sus trabajos comunitarios terminó por negarle el puesto afirmando que los cupos estaban llenos.


Desastroso.


La ubicación era perfecta para caminar si acaso tres o cuatro cuadras lejos del apartamento. Resultaba una joya para no afectar sus horarios de comida o sus tiempos libres (que también creía importantes dentro de tan exigente formación académica). Pero no le fue posible completar el plan por dichos inconvenientes.


Aunque no todo era tan malo. El encargado del museo afirmó que había más vacantes en otros lugares por lo que no dudó en recomendarlo en el que mejor se ajustaba a las necesidades del estudiante.


La buena noticia: estaba cerca de la casa de sus padres.


Si todo salía según lo nuevamente planeado podría al menos redireccionar su calendario y su forma de vida según los distintos cambios. Así, por ejemplo, unos días tendría que pasarlos con mamá y papá para no recorrer largas distancias hasta su apartamento. Hablaría con Jannie, por supuesto. Puede que la idea no le agradara mucho. Sin embargo, no se trataba de una despedida. Era simplemente amoldar sus días a los sitios convenientes.


Desde ya experimentaba leves dolores de cabeza con sólo imaginarlo. Pero no descartaba el gusto por la costumbre que inevitablemente le llegaría conforme pasaran los días y encontrara el ritmo adecuado en las modificaciones que tenía en mente.


Todo ello iba de la mano con sus ganas por aprovechar el tiempo.


Afortunadamente esta vez no recibió una negativa. Tan pronto como llegó al museo de la zona fue muy bien recibido por el recepcionista que le dio una sistemática bienvenida antes de disponerse a mostrarle las instalaciones y explicarle más sobre el sistema interno del lugar.


Con ello Hyukjae daba por hecho que tenía asegurado el puesto en ese lugar. Por tal motivo, su humor mejoró bastante e ignoró el hecho de que moría de hambre. Ese día en especial la jornada de clases fue más abrumadora que de costumbre.

Adagio [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora