Tum, tum, tum.
El corazón casi se le escapa por la boca. Más y más desesperado con el pasar del tiempo. A veces Hyukjae contaba las palpitaciones en su cabeza o en voz baja queriendo así controlar sus ganas por acelerar el reloj de la cocina pues, además de que eso claramente en nada ayudaría, le llevaría a alentar el estrés con el que lidiaba al notar que el día transcurría y él continuaba sin alguna noticia, mensaje o llamada.
Por cada que transitaba de un extremo hacia el otro en la sala tenía esa sensación interna de que las piernas le fallarían. Al inicio intentó quedarse recostado en cama. Trató de limpiar el desastre de su habitación. Incluso cedió al estudio para mantener la cabeza fría y distraída de todos los escenarios fatídicos que se formuló en cuanto salió del hogar de los Wüthrich.
Afortunadamente mamá y papá no se opusieron a que Hyuk partiera de casa sin tomar siquiera el desayuno. Para un estudiante que visitaba y abandonaba constantemente una vivienda u otra por comodidad nada le señalaba como sospechoso. Además, la excusa fue suficiente para dejarlos tranquilos. Cuando Hyukjae dijo que iría a buscar a Jannie para arreglar las cosas no pudieron mostrarse más felices como entonces. Mamá le deseó mucha suerte. Y papá lo felicitó por recapacitar de lo que seguramente fue una rabieta entre amigos.
Ni una cosa ni otra.
Hyuk estaba desesperado.
No sabía qué era lo que pretendía escabulléndose a su apartamento pues tampoco estaba seguro de que el músico lo buscaría.
El miedo recorría su cuerpo con tanta desesperación que, al quedarse quieto, notaba el temblor involuntario entre sus dedos. La vergüenza también estaba presente. El ser descubierto era mucho peor de lo que hubiese imaginado. Aunque, casi de inmediato, llegaba a su sistema una suerte de rencor que no conseguía tomar forma para encausarla a un objetivo. Pero ahí se encontraba.
¿Qué le provocaba más ira? ¿Que Emma hubiese planeado su encuentro con DongHae para distanciarlos? ¿O que ella confesara saber absolutamente todo lo que ocurrió desde el viaje?
No. Eso no conectaba con su verdadero desprecio. Hyukjae detestaba el hecho de saber que Emma los había manipulado a él y a DongHae de una forma tan perfecta que les mostraba implícitamente el destino que les esperaba en caso de pretender una nueva cercanía. Aborrecía saberse parte del juego de esa mujer que usó los métodos más bajos para hundir, humillar y aplastar sus sentimientos siendo que él le ofrecía su amistad al inicio e incluso después de conocer a DongHae como su esposo.
Ella seguramente estaba al tanto de cuan incómodas eran para Hyuk las visitas a su casa. Sin embargo, se aferraba siempre que encontraba oportunidad. Le restregaba pasivamente lo desdichada que vivía por culpa del amante de su esposo. Formaba una imagen del violinista como el peor ser de todos cuando, en realidad, ella bastantes deslices tenía detrás.
Por supuesto, Hyuk no se desprendía de su propia culpa en los hechos. Mucho menos de la de Lee DongHae, quien inició todo. No obstante, Emma adquiría un peso monumental entre tanto desastre. Porque, para empezar, ¿cuál era la maldita necesidad de hacer que se reencontraran? ¿Por qué viajar a Corea? ¿Por qué ponerlos frente a frente sabiendo la historia que los respaldaba? Emma se burló de ambos a su manera. Y los manipuló tanto a uno como a otro de tal forma que, en su momento, se despreciaron y aborrecieron. Uno por el rechazo, el otro por la desesperación de no ser escuchado.
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Adagio [EunHae]
Fiksi PenggemarLee Hyukjae no sabía cuánto necesitaba el caos que Lee DongHae le traería a su vida. Pero estaba listo para escuchar aquel canto atormentado que se ocultó durante tanto tiempo. Aún si a él mismo le hería...