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Según el presagio de la situación Ong JangHyun se fabricó opciones demasiado rígidas y específicas en caso de querer intervenir. Unas tan drásticas como el hecho de mantenerse al margen del conflicto junto con lo que conllevaba su anulación total para participar. Otras, tan descabelladas como salir de la ciudad durante un tiempo hasta que considerase que todo volvía a su sitio con el pasar de los días.


Lo más prudente, a partir de sus propios intereses, era olvidarse de su amigo con el objetivo de evitar que algo o alguien los relacionara al punto de verse inmiscuido en la colisión de la infidelidad que podría llevárselo entre los pies.


Si bien era un hecho que él no tenía ni un gramo de culpa en los atrevimientos de Hyukjae estaba al tanto de que la mente de quienes han sido heridos en lo más profundo trabaja a una velocidad sorprendente en la cual nada costaría inferir su nombre como un posible alcahueta.


¿Y si Emma en algún momento se atrevía a interrogarlo? ¿Qué haría él? ¿Lo negaría todo descaradamente? ¿Se desentendería de lo que sea que lo conectara con Lee? ¿Fingiría demencia y enterraría en lo más profundo de su ser la manera en la que encontró a su mejor amigo acomodado entre las piernas de un sujeto casado?


Ciertamente nada le preocupaba de esa familia. Hyuk gobernaba sus inquietudes al grado de comenzar a hacer deducciones frenéticas en las que imaginara por un microsegundo lo detestable que sería si se topara con un grupo de personas acribillando e insultando a su casi hermano por culpa del rubio.


Lo defendería, por supuesto. Jannie estaba listo para dar su vida entera si se trataba de Hyukjae. El problema es que no sabía hasta dónde valía la pena que su amigo sacrificara sus intereses debido a un sujeto que no le daba el sitio que correspondía.


Entre las cosas que el pequeño Ong debatía durante las noches estaba, principalmente, cómo fue que llegaron a tanto. Hyukjae nunca fue una persona que gustara de meterse de cama en cama. No fue alguien que contara orgulloso las veces que sus dedos rasgaban la envoltura de un condón. Tampoco podía afirmarse que era lo más cercano a un 'puritano'. Es sólo que ese chico tenía bien claras sus ideas. Perseguía sus objetivos sin excederse de más en una u otra cosa.


El suficiente estudio para no colapsar.


El suficiente descanso para no procrastinar.


Y las suficientes relaciones sociales para no agobiarse con la promesa de algo o alguien que le comprometiera en una relación. Lee no se creía alguien capaz de dar el cien por ciento a los rubros que componían su vida. Establecía siempre los términos medios porque, según sus propias palabras, "excederse es perder el control".


¿Qué era de su amigo en ese momento? Porque cualquiera que le diera un vistazo simple a las modificaciones que últimamente imponía en torno a su vida deduciría de inmediato que algo estaba fallando.


Una ranura. Una rotura. Cualquier aspecto fisionándose.


Analizado desde la perspectiva del amigo que sufre y se enoja por el ahogo de quien adora, la presencia de Lee DongHae no dejaba de significar amenaza. Por mucho que éste quisiera colocar la situación desde un enfoque más sutil y un tanto romantizado Jannie no se creía capaz de empatizar por completo.

Adagio [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora