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Aunque no quería pensar en las múltiples actividades que aguardaban a por él en la universidad, apenas la consciencia se coló por los rincones de su cuerpo supo que era momento de levantarse.


Si algo debía reprochar y alabar de las habitaciones del hotel era la comodidad de la cama. Suave y apetitosa para querer demorar el resto de la mañana en un despertar que no le provocaba mucha emoción.


Su cuerpo dolía sobre todo de la cintura para abajo. Destacando muslos y pelvis que trabajó con tanta devoción durante la noche sin que hubiera necesidad alguna de recurrir a instrumentos de gimnasia o activación física.


Sus métodos para ponerse en forma eran otros. Aunque eso lo guardaría para sí sin necesidad de alardear sobre ello.


Un gruñido escapó de su garganta al escuchar el lejano rumor de las vibraciones de su móvil. Se habría resignado a una hora más de siesta de no ser porque tenía el oído terroríficamente sensible ante las agitaciones del teléfono. Además de que se sentía acalorado. Por ello no midió sus fuerzas al empujar las sábanas con los pies para retirárselas del cuerpo como solía hacer siempre que se levantaba de mal humor.


Enderezó su anatomía en una reacción automática y repentina. Sentado en el colchón se pasó una mano por el cabello sabiendo bien que su aspecto estaba lejos de resultar atractivo a los ojos de cualquiera.


Bostezó en silencio mientras estiraba la mano para (aún a ciegas) arrebatar el celular del mueble pegado a la cama. Colocó los pies sobre el suelo. Frunció el ceño por el contacto helado contra su piel. A ciegas, desactivó el recordatorio para levantarse temprano. Falló en dos deslices. Acertó en el tercero.


Volvió a remover sus cabellos. Su cabeza estaba en blanco. No tenía tiempo para reprocharse el haber caído dormido en ese lugar porque, la verdad, el cansancio pudo más con él durante el resto de la madrugada. Inclinó su cuerpo para recargar los codos sobre las piernas como queriendo darse un tiempo para equilibrarse al haberse levantado de la cama.


Hyukjae hacía tremendo circo cuando se trataba de recobrar consciencia al despertar.


Parecido a encontrarse en estado de ebriedad.


Aún tenía los ojos cerrados. Daba la impresión de que estaba por caer dormido nuevamente a pesar de la incómoda posición.


Pensó en la presencia de Lee DongHae.


¿A qué hora se habrá ido del hotel? ¿Estaría en casa para ese entonces?


No obstante, le fue imposible ceder a sentimentalismos relacionados con la partida del aquel hombre porque su teléfono vibró nuevamente.


Esto hizo que abriera los ojos de golpe. Seguramente no apagó adecuadamente la alarma. Sin embargo, al ver directo a la pantalla se dio cuenta de que era una llamada entrante la que se registraba en su teléfono. Parpadeó a prisa.


Se trataba de Inha.


Mantuvo sus ojos en el aparato sin atreverse a responder o rechazar. Y sólo se alivió porque ésta cortó la llamada pasado medio minuto. Movió su pulgar a lo largo. Entró al registro de llamadas. Tenía dos de la misma persona. Una seguida de otra. Frunció el ceño.

Adagio [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora