—No... —Inha dejó salir todo el aliento que estuvo soportando desde hace buen rato a partir de que Hyukjae comenzó a hablar—. Puedo creerlo —.
—Es demasiado complicado —intervino HeeSung igual de anonadado que la chica. Los dos mirando los complementos de su deliciosa comida ya a medio probar por los tres.
—Tienen el derecho de dudar de mis palabras —dijo al fin el pelinegro. Y es que después de haber relatado a profundidad la situación y de desahogarse como tanto necesitaba se acumuló un silencio agotador entre los tres. El ruido del ambiente en el restaurante no se detuvo, obviamente, pero en lo que respecta a su mesa se formó un profundo hoyo que les costó trabajo remover para ahondar en el asunto—. Pueden cuestionar todo lo que les he dicho, pero... —el pelinegro muchacho se frotó un costado de la frente. Con su mirada frustrada en la carne recién colocada sobre la plancha. HeeSung era el único que tenía cabeza para remover la preparación sin que ésta se les quemara ante la impresión del relato de Hyuk—. Les juro... Les doy mi palabra de que DongHae no es una mala persona. No diré que sus acciones hasta este momento han sido correctas. Yo mismo me incluyo como una de sus fallas. Pero... —resopló dejando caer sus párpados. Tragando con fuerza para darse aliento—. Pero no es malo —.
Terminado su primer argumento de defensa se bebió de una el vasito de soju que HeeSung le sirvió por cuarta vez desde que le permitieron explicarse sin interrupciones. Su rostro se deformó un poco ante la agudeza y la penetración del sabor del alcohol apoderándose de sus papilas gustativas.
Inha, por otro lado, se limitaba a beber de su piña colada libre de alcohol y a comer cosas no tan condimentadas para evitar algún tipo de malestar dada su condición. De vez en cuando, al momento de prestar atención máxima, recargaba una de sus manos en el vientre abultado donde reposaban los bebés (pues resulta que días atrás le confirmaron que eran dos retoños los que llevaba dentro) con la intención de "tranquilizarlos" ante las barbaridades que escuchaban.
Hyukjae les contó todo.
Absolutamente todo lo relacionado con Lee DongHae como su novio. Omitió los detalles más privados y personales de su chico, pero, en general, se encargó de hacer saber a sus amigos que él no era ese monstruo que todos creían.
—No sé qué hacer —exclamó ante la falta de participación viniendo de los otros dos.
—Terminar tu relación con DongHae no es una opción, ¿verdad? —.
—No —dijo tajantemente—. Posiblemente parezco un loco obsesionado o un tipo encaprichado. Pero... —.
—Tú lo quieres —concluyó Inha.
—Lo amo —corrigió él.
HeeSung y la chica voltearon a mirarse al mismo tiempo. Ella tomó la iniciativa para poner su mano entre la orilla de la mesa y buscar el agarre con Lee Hyukjae. Éste se dejó reconfortar en ese apretoncito que además incluía caricias en sus nudillos. Y, aunque el gesto era pequeño, ayudó a vitalizar muchísimo el aguante de un ser humano que por momentos se sentía insuficiente.
—Te apoyamos —sentención ella acompañando sus palabras de una sonrisa gentil. Hyuk buscó con la mirada a HeeSung y, aunque más serio, éste asintió una sola vez para enfatizar la declaración de Inha.
—Hablando específicamente de Ong, desde hace tiempo notamos que tenía ciertas fijaciones contigo. Lo ignoramos al inicio porque pensamos que no escalaría como lo hizo después. Cuando ustedes se pelaron y se armó un alboroto... —HeeSung se detuvo para reformular sus palabras. Es decir, ahora que Hyuk se abría en lo concerniente a sus problemas más personales necesitaba tener tiento al momento de hablar. Así no lo lastimaría portándose impertinente. De alguna forma, quería cuidarlo—. Lo que quiero decir es que creemos en ti. Y si tú nos pides que confiemos y que no juzguemos a DongHae entonces lo haremos —.
Tan inesperado y repentino fue el cambio de su estabilidad que apenas Inha vio que Hyuk bajaba la mirada para ponerse a sollozar avergonzado igual que un niño ella se levantó cuidadosamente y se sentó a su lado para abrazarlo.
—Ay, Hyuk... —musitó la chica estrujándolo cariñosamente como si fuera una hermana mayor para él.
—Me duele no poder ayudarle en nada. Siento que... —hipó aferrándose al cuerpo femenino que le ofrecía un cobijo que, curiosamente, no pudo obtener ni de sus padres ni de su mejor amigo—. Que no sirvo en su vida. Tiene tantos problemas y yo sólo estoy ahí detrás suyo sin mover un solo dedo —.
—No, cariño, no digas eso —se alarmó ella intentando limpiar las mejillas de su rostro.
Cualquiera que los viera pensaría que los tres se encontraban ebrios. O por lo menos el muchacho que no paraba de lagrimear.
—Le salvaste la vida —participó HeeSung reflejando cierta severidad por las barbaridades que enunciaba el pelinegro—. Por cómo nos contaste que se dieron las cosas entre ustedes, lo salvaste de muchísimas maneras, Hyukjae. Y estoy completamente seguro de que él lo sabe —.
—Yo también pienso eso —asintió Inha intercambiando su mirada. De HeeSung a Hyukjae y viceversa—. Escúchame bien —le sostuvo por las mejillas para que él levantara la mirada—. En esta situación la cuestión monetaria e incluso la legal salen sobrando. Le das confort en el corazón. ¿Por qué crees que DongHae se ha atrevido a modificar su vida por completo después de pasar años atado a una persona que no quiere? Eres esa luz que lo rescató del vacío. No tienes por qué minimizarte ni restarle valor a lo que haces por él. Y si no nos crees puedes preguntarle. Dile cómo te sientes. En esto sólo se tienen el uno al otro. Es importante que confíen incluso en estos temas que pudieran ser vergonzosos para ti. Si no confían en ustedes, ¿entonces qué les queda? —
El pelinegro comenzaba ya a calmar los cántaros de agua que le nublaron la mirada antes. Asintió lentamente llevándose un pañuelo al rostro para dejar de verse tan lamentable.
—¿Tus padres saben de esto? —
—No lo aprueban —sonrió Hyuk con mucha desilusión—. Ni siquiera me dejaron explicarles todo esto que les he dicho a ustedes —.
—Necesitan tiempo, cariño —suavizó Inha imaginando que a ello se debía el desorden emocional de su amigo—. Seguramente no es sencillo para ellos. Lo que menos quieren es que sufras porque, aunque te cueste aceptarlo, está muy claro que ahora lo haces. Pero aquí es donde necesitas ser fuerte. Aferrarte es lo único que queda para salir adelante con tu novio —.
—Entonces... —sorbió su nariz el estudiante. Se enderezó dirigiendo su mirar hacia ambos en distintas pausas. La conversación le ayudó a tomar el valor que no sabía que necesitaba para lo que estaba a punto de hacer—. ¿Me ayudarán? —
—Por supuesto —se adelantó Inha con una sonrisa orgullosa.
—Sigo insistiendo que es una tontería que vayas con nosotros —musitó HeeSung al buscar al mesero con la mirada para pedirle la cuenta.
—Que esté embarazada no me hace una inútil —defendió ella en medio de una mueca—. Ya veremos si esa mocosa malcriada se pone contra mí —.
Levantó las cejas rápidamente provocando que los dos hombres que la acompañaban sonrieran y negaran ante esa faceta suya que derrochaba decisión y valentía. Aunque, claro, se propusieron tratar el asunto con mucha precaución precisamente para que ella no saliera perjudicada.
Después de hacer el pago correspondiente se dirigieron al auto de HeeSung. Hyukaje desde el asiento trasero ajustó la ubicación de la casa del señor Wüthrich en su teléfono (lugar donde Emma lo citó previamente). Y se los pasó al frente para que ellos dirigieran el trayecto.
Como bien lo estuvieron discutiendo en el camino, eso no tenía nada de "casa", Era un lugar enorme, moderno y bastante lujoso según la fachada. Se detuvieron a una cuadra para no ser enfocados por las cámaras de la mansión.
Todavía Hyuk demoró para salir del coche porque entre Inha y HeeSung estuvieron dándole instrucciones precisas de qué hacer en caso de que todo se complicara. Lo harían de esa manera. Hyuk ingresaría y si estaba en aprietos intervendrían los otros dos para sacarlo de ahí.
Así los dados se lanzaban al juego.
Había que sentirse preparados para todo.
Todo.
ESTÁS LEYENDO
Adagio [EunHae]
FanficLee Hyukjae no sabía cuánto necesitaba el caos que Lee DongHae le traería a su vida. Pero estaba listo para escuchar aquel canto atormentado que se ocultó durante tanto tiempo. Aún si a él mismo le hería...