Adagio [EunHae]

107.

—Por aquí —.

Conducido por un camino de extravagancias y charlatanería lujosa, Hyukjae ingresó al interior de la mansión en completa soledad. Inicialmente Inha sugirió que fueran los tres ya que Emma no realizó antes una especificación sobre cómo o de qué manera tenía que visitarla Hyukjae. Y era realmente una buena estrategia, sin embargo, los caprichos de la peliroja eran ya cosa predecible para él. Por lo tanto, provocar a la suerte desatándole un disgusto a la chica era riesgoso. No precisamente por una cuestión de consideraciones hacia ella, sino que, en caso de que Emma se mostrara en desacuerdo de verlo acompañado seguro le pediría volver en otra ocasión estando solos.

Y, la verdad, Hyukjae no tenía cabeza para encontrarse con esa mujer periódicamente.

El interior de la casa era silencioso. Hyuk especuló que si llegaba a estornudar su escándalo se esparciría por todos los rincones formando un eco que pusiera en evidencia su condición bacteriana. Presuponía que en un lugar como ese los bisbiseos no pasarían desapercibidos. E igual no es como que tuviese la urgencia de esconder algo en específico.

Desde atrás, enfocó la silueta de la persona que lo escoltó a su llegada. En su mayoría halló personas occidentales durante la travesía que realizó por la estancia principal. Su curiosidad se vio dirigida a este aspecto dado que, con ello, llegó a pensar que si la familia Wüthrich se mudó con todo y las personas de servicio de su país originario debía significar, o que no eran muy adeptos a confiar en la mano de obra extranjera, o que preferían gente a la que conocían de antaño y que, por consiguiente, no dudaban en acceder a todo tipo de trabajos que la adinerada estirpe les solicitaba desde siempre.

¿De qué clase? Sólo ellos lo sabían.

Pero esto es ya pensar demasiado en tan poco rato.

No era esencialmente su culpa. Emma y su padre le daban los motivos suficientes para dudar y suponer cosas tan disparatadas como que la misma servidumbre estuviese enterada de lo que ella hacía con Lee DongHae y que por ello prefirieran ambas partes conservar dicha lealtad que no se entrometía de más en los perversos pasatiempos de los jefes.

Hyuk desconfiaba de todo y de todos.

A pesar de ello se dejó guiar sin resistirse ni preguntar de más. Ni siquiera al principio cuando llamó a la puerta y el hombre no aguardó a que él se presentara para decir: "la señorita lo está esperando". Dando por hecho no sólo la visita, sino que era él quien se encontraría con Emma. Sin indagar en nombres ni en algún otro dato que le llevara a corroborar que no metía a un desconocido cualquiera a la casa.

Las manos del estudiante, cabe mencionarlo, se enfriaron con prontitud. Iba intranquilo y renuente. No obstante, una partecita suya también daba lugar a la adrenalina para estar alerta y así cuidarse en caso de necesitar algún tipo de defensa. La intriga acrecentaba en el fondo ante su deseo por entender por qué la urgencia de Emma para convocarlo.

Bien podía ser parte de una trampa. De cualquier forma, Hyuk no estaba dispuesto a dejarse engañar tan fácilmente.

Visualmente el espacio era maravilloso. La casa en general poseía detalles que la hacían envidiable. Todo cuadraba dentro de un marco de tonos claros. En su mayoría los blancos realzando la elegancia de los muebles de roble oscuro que deleitaban al ojo humano no sólo por su belleza sino por la fineza de las estructuras simples.

Los sofás eran del mismo color. Éstos se mostraban acomodados en el rincón más próximo a la ventaba del presente recinto. Sólo dos de ellos; frente a frente. En medio se les atravesaba una mesita discreta y redonda en la que reposaba un florero con una orquídea al centro. A los lados los estantes de libros en completa simetría y prácticamente con la misma cantidad de textos hicieron que Hyuk se viera atraído por las proporciones y distribuciones. El acomodo de los objetos era idéntico. Los colores. Los tomos. Las cantidades de enciclopedias. El grosor de cada libro. Tan exacto que Hyuk se preguntó si el estante de la derecha tenía los mismos textos del de la izquierda para que precisamente conectaran en el puente exacto de la simetría.