Para su mala suerte últimamente no encontraba tantos refugios como deseaba. El museo entró en ese listado de zonas que necesitaba evitar si sus intenciones eran ahorrarse los segmentos de estrés y preocupación. Evadió a Emma lo más que pudo en la universidad y también lo hacía con DongHae en su lugar de trabajo.
Aunque a veces no era precisamente que las incomodidades surgieran de los encuentros. También el aspecto mental lo traicionaba fácilmente. Pensando y recordando cosas que no debía. Lo prohibido, lo lamentable.
Lee Hyukjae se sentía agotado hasta la raíz.
En ese momento empezaba a creer que su peor enemigo era su propio juicio. El hecho de encarar situaciones incómodas no lo debilitaba tanto como cuando se perdía deambulando por los rincones de su psique para cuestionarse infinidad de porqués.
Lo único en lo que se sentía enteramente seguro en esos instantes era en que debía cortar todo desde la base.
La decisión fue tomada a partir del día de la comida con los Wüthrich.
Abandonar ese hogar era también dejar atrás el circo en el que estuvo relacionado casi sin darse cuenta. ¿En qué mundo podría convivir cómodamente con la esposa de quien fue su amante?
No era sano. No podía seguir con ello.
De reojo, el pelinegro miró una de las esquinas de la gran pared que recubría el otro extremo de la recepción. Hasta el momento, nada. Si acaso una o dos visitas individuales que registró en el computador cuando fue necesario. Después se mantuvo sentado mirándose los pies y golpeando suavemente entre ellos como prueba de lo aburrido y apagado que se sentía.
Siempre fue alguien que gozaba de los silencios.
Tal vez fuere por su personalidad estable que no huía de la soledad porque no parecía volverse un tormento ante las voces de su cabeza. Sus ideas estaban totalmente dirigidas hacia los itinerarios de su semana, la realización de sus deberes o futuros planes en los que deseaba concentrarse para desglosar pros y contras.
No obstante, ahora quedarse tan pacífico le provocaba experimentar una pizca de ansiedad en la que no conseguía calmar su cabeza por mucho que insistiera.
Anhelaba volver a esa calma. Que sus conversaciones consigo mismo no llevaran de por medio regaños y auto reclamos.
En dichas circunstancias, por otro lado, conseguía entender mejor lo que Jannie atravesaba continuamente. La negativa constante de recurrir a la tormentosa calma. Así como la famosa frase que utilizaba nada más porque sí y sin contextos previos: "mente ocupada, ansiedad engañada".
¿Debía empezar a pedirle consejos para suavizar sus segmentos de frustración?
-¿Ya fuiste a comer algo? -escuchó a su costado. La voz del mentor que lo auxilió desde que llegó le hizo recomponer la postura. Le costó trabajo. Apenas se enderezó sobre el asiento percibió una pesadez peculiar en sus extremidades. Al levantar la mirada notó un agotamiento que le impedía mostrarse completamente amable. Negó despacio mientras se llevaba una mano a la cabeza como si buscara espabilarse. Desde hace buen rato se tuvo que deshacer de los lentes dado que en varias ocasiones talló sus ojos para quitarse la sensación de sueño que le atormentaba con más ímpetu en el pasar de los minutos-. Anda. Hazlo ya. Así también te despejas un momento. Pareces muy cansado -.
Aquel le palmeó suavemente un hombro.
Él, sin embargo, lo sintió como tremendo empuje que también le provocó escalofríos.

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Adagio [EunHae]
Fiksi PenggemarLee Hyukjae no sabía cuánto necesitaba el caos que Lee DongHae le traería a su vida. Pero estaba listo para escuchar aquel canto atormentado que se ocultó durante tanto tiempo. Aún si a él mismo le hería...