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Aparentemente y mirándolo desde una perspectiva totalmente superficial la comida transcurrió sin muchos inconvenientes. Luego de que la familia anfitriona recibiera el pedido que se hizo días atrás de un mueble para la habitación de Logan volvieron todos a la mesa para degustar las preparaciones de Lee DongHae.


Pesaba confirmarlo, pero tenía muy buena mano al menos para el platillo presentado. La pasta alardeaba de una exquisites que fue alagada varias veces por los invitados.


La convivencia era tranquila.


Aunque afirmar aquello es como quedarse a la mitad de la situación. Bastaba con ser más observador para notar que las personas más jóvenes en la mesa tenían cierto conflicto al momento de encontrarse frente a frente.


De un costado: Emma y DongHae.


Del otro: JangHyun y Hyukjae.


Y mientras el señor contaba sobre sus orígenes suizos, así como de la transición que los hizo llegar a Australia y, posteriormente, al sur de Corea, el ambiente en las sillas posteriores se volvía algo tenso. Por cada que Jannie alimentaba a Hyuk (como era costumbre en ellos) para darle a probar ciertos bocadillos, Lee DongHae sentía que en el estómago se le formaba un nudo.


No pudo comer a complacencia. Y sólo conseguía distraerse porque Logan demandaba toda su atención al querer probar el plato de mamá y papá respectivamente.


—El trabajo solicita muchos sacrificios —explicó amablemente hacia los padres Lee.


Hyukjae, por otro lado, no pretendía levantar el rostro. Toda su concentración estaba en remover las bolitas de carne que acompañaban la pasta. Pinchó una, la hundió sobre la salsa de tomate, pero no la llevó a su boca.


Quizá estaba delirando o tal vez tuviese razón. Se sentía observado. Si bien no directamente teniendo un par de ojos pegados a su cuerpo, sí con la sensación de una mirada fugaz y de reojo que, nuevamente, le impedía alimentarse con tranquilidad. Tampoco era que abrigara ánimos de ingerir bocado alguno. A veces la sensación nauseabunda le hacía tragar con fuerza. Tuvo que recurrir al agua para ayudarse a pasar la comida sin necesidad de masticar por mucho tiempo.


Era delicioso. Pero le incomodaba saber de qué manos venía tan excelsa preparación. Puede que se tratara de simple orgullo. Dar cumplidos a quien ahora parecía el ser más egoísta de su mundo sería también portarse hipócrita.


Repentinamente sintió un leve tirón en su suéter. No hizo falta voltear para saber que Jannie requería su atención por lo que sólo se inclinó a un lado como ofreciéndole su oreja para hablar.


La familiaridad de los amigos era notoria en cualquier situación.


—Ese tipo estaba en la fiesta hablando con papá —como si Hyuk dedujera de quien hablaba conectó sus ojos con la figura alegre y carismática del padre de Emma. Arrugó el centro de sus cejas casi al momento.


Con razón se le hacía conocido.


Pensándolo bien sonaba razonable que hablara sobre un cambio repentino en sus negocios. Lo más seguro es que el asunto estuviera relacionado con el mismo señor Ong. Si ese era el caso la situación se complicaba un poco más que antes. Porque eso significaba que la familia de Emma tenía tratos con la de su mejor amigo.

Adagio [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora