Adagio [EunHae]

85.

Una vez más, el sonido del timbre llegó hasta sus oídos.

Lee Hyukjae no pudo cumplir sus promesas. Es decir, aun si no hubo ninguna de por medio quedó claro aquella noche que se mantendrían en contacto a pesar del escenario en el que se vieron envueltos.

El universitario se refugió en la casa de sus padres. Muy a pesar de saber que estaba a pasos del hogar de DongHae. Era su manera de "protegerse". No quería ser el desalmado que pusiera un muro entre él y el músico. Pero no le quedó otra salida mas que esa. Metido en el único sitio donde sabía que no podrían encontrarse a escondidas.

Sus emociones estaban de cabeza.

Las controversias internas iban a niveles tan intensos que por varias noches se encontró despertando repentinamente por las pesadillas.

Una en específico. La misma de siempre. Sólo que, ahora y como actualización involuntaria en su sueño, se agregaba la presencia de JangHyun. DongHae y su mejor amigo luchando. Estirando la mano para saber a cuál de los dos elegiría.

Tanta crueldad en sí mismo debía ser castigada.

¿Cómo sosegarla? ¿Cómo huir de las realidades? Porque no fue mentira lo que dijo esa noche.

"Te quiero, DongHae". El sentimiento no podía ni quería ser borrado. No obstante, se volvía paradójico. Mientras más cariño, peor se sentía.

Encerrado en una esfera que lentamente reducía sus proporciones. Respirando cortas bocanadas del escaso oxígeno que le quedaba por dentro. Pensando que sus únicas salidas eran, o reventar la esfera para respirar sin ataduras, o quedarse atascado siempre recibiendo trocitos pequeños de existencia.

Los vio hace un par de días.

Emma sostenía el brazo de DongHae mientras éste cargaba a Logan. Los enfocó y su corazón se rompió como consecuentemente lo hacía desde que conoció al violinista.

Supo también que el rubio lo encontró entre tanta gente dentro del centro comercial. Y de la misma forma lo ignoró sin darle tiempo a miradas de súplica en las que DongHae quería como un desesperado echarse a correr a sus brazos.

Para empezar, ninguno pudo plantearse la oportunidad de una reunión así.

Porque todo estaba en su contra.