Era peligroso salir de la Fortaleza Luthor con ese asesino sobrenatural todavía suelto pero, como reina de Metrópolis, Lena aún debía mantener las tradiciones y los actos protocolarios. A pesar de que esos actos tuviera que hacerlos con alguien a quién conocía desde la adolescencia.
Andrea acababa de regresar a la ciudad. Pero lo hacía como nueva señora de la Casa Rojas y, como era tradición, cuando un nuevo señor o señora de una casa nobiliaria llegaba a la ciudad por primera vez después de su nombramiento, la persona que se sentara en el Trono de Piedra en esos momentos, debía salir a recibirla en las puertas de la ciudad. Además, luego, en la sala del trono, debía nombrarla oficialmente Guardiana del Norte.
Así lo había decidido. La Casa Rojas seguiría siendo la encargada de gobernar y administrar para la Corona las tierras del Norte del Imperio a pesar de conocer la maldición que la familia arrastraba. Esa maldición representaba un grave peligro, pero los Rojas la llevaban padeciendo más de mil años y habían logrado contenerla hasta entonces. Aquello la convenció, además de la fidelidad que los Rojas habían demostrado a la Casa Luthor y al Imperio Metropolitano durante los mil treinta y siete años de su existencia, por no hablar de que fueron la única de las cuatro grandes casas que se levantó contra la tiranía de su hermano. Todo aquello les hacía merecedores de continuar siendo los Guardianes del Norte.
La gran pregunta era si Andrea tenía previsto quedarse en Metrópolis para continuar ejerciendo como su Consejera de Edictos o si, por el contrario, había cambiado de opinión y pensaba regresar a su hogar para gobernar las tierras de la Casa Rojas y ejercer como Guardiana. Lena aceptaría cualquier decisión que tomara. El rencor que sentía hacia ella estaba desapareciendo. Puede que el daño que le hizo fuera difícil de borrar pero, ahora que sabía que hizo todo aquello para protegerla, ya no sentía odio hacia ella y hasta estaba dispuesta a retomar su amistad. El problema eran sus sentimientos. Antes de regresar al Norte, Andrea le confesó que aún seguía amándola y eso no iba a cambiar. Lena, aún sentía algo por ella, Andrea fue su primer amor y ese nunca se va del todo. Sin embargo, sus sentimientos por Kara eran mucho más fuertes y, gracias a eso, tenía su relación con Andrea totalmente superada. En cambio, Andrea no lo había superado y, aunque le dijo que no iba a ser un obstáculo en su relación con Kara y no iba a intentar recuperarla, a Lena se le iba a hacer difícil estar cerca de Andrea sabiendo que ella sufría por no poder estar con ella.
Aquello hacía que fuera mejor que regresara al Norte y dejara que el tiempo y el espacio cerraran esa herida. Sin embargo, le había prometido que acataría cualquiera de las decisiones que tomase y, si decidía quedarse, debería cumplir su promesa. Además, Andrea iba a ser un miembro muy valioso en su Consejo.
En todo eso pensaba Lena mientras recorría las calles de la ciudad montada sobre su caballo escoltada por la Guardia Real. Kara y Sam, también montadas a caballo, iban justo detrás de ella, ambas preocupadas por como iba a ser el reencuentro con Andrea. A su paso, la población de la ciudad se aglomeraba para ovacionar a su reina. La guardia de la ciudad había formado un cordón a ambos lados para impedir que la aglomeración de gente llegara hasta la reina y dejarle así el camino libre hasta las puertas de la ciudad.
Al llegar hasta dichas puertas Lena, sin desmontar del caballo, se colocó frente a ellas antes de ordenar que las abrieran. Estas se abrieron dejando paso a la comitiva del Norte, encabezada por Andrea, montada sobre su caballo. Esta se adelantó y se colocó frente a la reina. Ambas se quedaron unos segundos mirándose hasta que Lena sonrió y Andrea le devolvió la sonrisa antes de empezar a hablar en voz alta.
– Yo, Andrea, de la Casa Rojas, Señora de Obsidian del Norte, y aspirante a Guardiana del Norte, vengo a ofreceros mis servicios y declarar públicamente mi fidelidad, la fidelidad de la Casa Rojas y la fidelidad de los pueblos del Norte a la Casa Luthor y la Corona de Metrópolis.
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EL REINADO
FanfictionLa saga Resurgence continúa. Los daxamitas ya no son una amenaza, pero aún son muchos los enemigos de Lena que están dispuestos a destruirla y hacerse con su trono. Pero también son muchas las personas que darían su vida para protegerla. Como Kara...