Capítulo 13: "Nada ni nadie evitará la realización de nuestro sueño"

116 12 3
                                    

Un joven de cabello desordenado miraba intrigado unas flores que estaban sobre el escritorio que ocupaba una castaña.

Me parece lo mejor, escucho.

¡Eh! dijo Tsubasa.

Que le diga a la señorita Kumi que yo también lo apoye a usted, respondió la castaña.

No me trates de usted, que tenemos la misma edad, dijo Tsubasa.

¿Cómo puede saber ello si no le he dicho mi edad?, respondió confundida la castaña.

Pues lo supongo, te vez muy joven, debemos tener la misma edad, dijo el joven de cabello desordenado con calma, haciendo una pausa para agregar: ¿Te las enviaron?

¿Qué?, respondió confundida la castaña.

Las flores, dijo Tsubasa.

Sí, pronunció Sanae con calma.

¿Quién?, dijo en tono celoso Tsubasa, mientras la castaña lo miraba confundida por su actitud. El joven de cabello desordenado al darse cuenta de ello agrego con la mayor calma posible: Solo pregunto por curiosidad, pero si no quieres no me lo digas.

Un conocido, respondió la castaña.

Te está tratando de conquistar, dijo Tsubasa con molestia.

La señorita Kumi ya debe haber llegado, ¿irá a hablar con ella?, pronunció la castaña, no dándole más importancia a las palabras del joven de cabello desordenado.

¡Eh! si, si, y no me trates de usted ¡por favor! dime solo Tsubasa, respondió el nombrado.

No puedo hacer ello, es mi jefe también, ¿no?, dijo la castaña.

Sí, pero no es necesario que me trates con tanto formalismo cuando estamos solos dos, al menos ello te pido, respondió Tsubasa, haciendo una pausa para agregar: Voy a ver a Kumi, ¿me podrías indicar dónde está su oficina?

Por supuesto, dijo la castaña.

Minutos después:

Kumi se ponía de pie, tras ver entrar a su oficina al joven de cabello desordenado.

¡Tsubasa! decía Kumi.

¡Hola Kumi! respondió el nombrado.

Tu socia y asistente me dijo que estabas de viaje cuando fui a buscarte a tu empresa, agrego Kumi.

Así es, estuve unos días fuera de la ciudad, dijo el joven de cabello desordenado.

Toma asiento, tenemos aún que ponernos de acuerdo en algunos temas que quedaron pendientes...., respondía Kumi.

Por ello estoy aquí, como bien te dije, no necesito una oficina en esta empresa, pero si una persona que el nexo entre los dos, que sea como una representante mía en tu empresa, que sea la persona que te haga conocer mis propuestas de mercadeo, cuando yo no pueda venir hacerlo,..., decía Tsubasa.

Y para esa persona si es necesario una oficina, pronunció Kumi, interrumpiendo al joven de cabello desordenado.

No, claro que no, porque no contrataremos a nadie para ese puesto, ya que ello solo significa egreso de dinero, y como estamos iniciando con este negocio en Japón, por ahora no es necesario hacer un gasto innecesario, como ya te dije cuando acepté tu propuesta, lo mínimo de personal para este negocio, dijo Tsubasa.

Claro, comprendo, no se está para gastos de más aún, respondió Kumi.

Así es, por ello pensé en tu asistente, dijo Tsubasa, mirando con calma a la joven.

"LA RAZÓN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora