Capítulo 36: "Un sueño que se hace realidad"

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(Últimos capítulos)

Un joven de porte atlético se encontraba parado frente a su socio comunicándole una decisión que había tomado.

Quieres romper nuestra sociedad, decía el hombre de lentes oscuros y bigote, con cierta molestia en su voz.

Sí, pero no lo diga de esa manera, creo que ya es tiempo de emprender solo mi camino, respondió Kanda.

¿Con cuál de los rubros que manejamos en sociedad quieres quedarte?, dijo con molestia Muramai.

Con ninguno de ellos señor Muramai, yo no tengo interés de competir con usted ni con Ozora, respondió Kanda.

Bien, no puedo retenerte, le pediré al abogado que nos apoye con el trámite de cambio de dueño de nuestras propiedades, también le pediré al contador que calcule lo que te corresponde de la sociedad tu capital invertido y todas las ganancias que has adquirido en estos años de sociedad, dijo Muramai.

Bien, respondió Kanda, haciendo una pausa para agregar: Iré al extranjero, allá empezare de cero con una idea de negocio que tengo en mente, sé que es algo arriesgado, pero ese era un sueño que tenía desde que estudie la carrera, y ya que hoy cuento con el capital quiero ponerlo en práctica.

Al extranjero, sin una marca reconocida en tu país, no te será fácil alcanzar el éxito, dijo Muramai.

La vida es un constante reto señor Muramai, ello lo aprendí de Ozora, a quién durante mucho tiempo lo considere mi enemigo en el mundo empresarial, y digo lo considere porque ya no es así, en estos meses que ya no he competido con él, me he dado cuenta de muchas cosas, una de ellas era que él nunca fue mi enemigo en sí, ya que él nunca me hizo trampa en los negocios para poder ganarme, él siempre competía conmigo de manera limpia, es más hasta me dejaba muchas veces el camino libre para quedarme con algún proyecto, sin embargo yo, nunca fui amable con él, tal vez era por la envidia que le tenía, él siendo un muchacho humilde, sin contactos, solo teniendo su habilidad e inteligencia para los negocios, logro más de lo que yo pude lograr hasta ahora y digo logro, pues aunque ya no cuente con las empresas que tenía, él va por un mayor sueño, un mayor sueño que le dará mucho más frutos que todas las empresa que perdió o tuvo que vender por nuestra culpa y por culpa de ese movimiento telúrico que nos afectó tanto a todos; él a pesar de todo lo que paso no dejo de lado su sueño, un sueño que ya está haciéndose realidad, respondió Kanda.

Me imagino que hablas de su estúpido proyecto titulado "Divertilandia", dijo Muramai.

Ese es un gran proyecto, engloba no solo el rubro de la recreación, sino además el del turismo y gastronomía, agrego Kanda.

Lo sé, respondió Muramai, haciendo una pausa para acotar: Lo de su estúpida agencia de turismo solo era el camino para poder concretar su proyecto.

Así es, yo como Ozora también tuve un sueño desde que empecé a estudiar mi carrera, y ahora que tengo lo suficiente para llevarlo a cabo lo quiero hacer realidad, pero sobre todo luchare porque el proyecto que tengo en mente se mantenga en el tiempo, sé que es difícil, pero no imposible, todo es cuestión de creer en que se puede lograr, dijo Kanda.

Esa es la frase que Ozora uso en su último discurso, tras haber obtenido el premio al empresario más exitoso de los últimos cinco años, agrego con ironía Muramai.

Lo sé, respondió Kanda.

Bueno, me contactare ahora mismo con el abogado y el contador, dijo Muramai.

Señor Muramai, es mejor no olvidar nuestros sueños, su rubro predilecto es el de la construcción, ¿no?, no se aleje de este solo por su rivalidad con Ozora, tal vez a futuro usted pueda diseñarme uno de los hoteles más grandes que tengo en mente para uno de los destinos paradisiacos en los que pienso invertir, agrego el joven de porte atlético, dejando pensativo a su aún socio.

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