Capítulo 30: "¿Gratitud o amor?"

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Una castaña se encontraba parada junto a una mesa, llevando un vaso de agua a su boca para de esa manera poder ingerir un analgésico y así controlar el inmenso dolor de cabeza que estaba sintiendo debido a la tensión del momento.

¿Qué debo hacer?, aunque no parezca una decisión difícil lo es, pues no quiero lastimar a la señorita Kumi, yo, yo le debo tanto, estoy tan agradecida con ella, pero a su vez he encontrado una razón en mi vida, y no quiero alejarla de mí, pensaba la castaña, mientras unas lágrimas salían de sus ojos y resbalaban por sus mejillas.

La joven dejo el vaso sobre la mesa y camino a paso lento por un pequeño pasillo, hasta llegar a una habitación, en donde se sentó sobre una cama.

En tanto:

Un joven de cabello desordenado sostenía una plática telefónica con uno de sus amigos, mientras bebía una taza de té.

Le dejarás todo, escucho.

Sí, respondió Tsubasa.

¿Se lo dejas para de alguna manera compensar el que no hayas podido corresponderle?, escucho.

No Taro, claro que no, creo que lo mejor es no tener ningún nexo con ella, por su bienestar emocional de ella, y él de Sanae, dijo Tsubasa.

Ella también renunciara a su trabajo, escucho.

Espero que lo haga, es lo mejor, se lo comente, pero finalmente la decisión la tomara ella, acotó el joven de cabello desordenado.

Claro, escucho.

Sabes ya tengo comprador para mi casa, pronunció Tsubasa.

Era de esperarse, la estás vendiendo a la mitad de su costo, si yo tuviera el efectivo, hasta yo te la compraría escucho.

Necesito el dinero, por ello la tuve que poner a la venta, con ese monto podré costear los prestamos que hice para los pagos de las indemnizaciones, además me sobrara un pequeño monto que utilizaré como aval para un terreno que pienso adquirir, respondió Tsubasa.

Departamento de Sanae:

El sonido insistente de su celular saco de sus pensamientos a la castaña, quien inmediatamente tomo el mismo.

¡Alo! pronunció la joven.

Sany, ¿Cómo estás?, escucho.

¡Yukari! respondió la castaña.

¿Te sientes bien?, escucho.

No, dijo la castaña en tono entristecido.

Vamos a tu casa, Manabu está conmigo, escucho.

Los espero, dijo la castaña, luego de ello apago el celular, lo dejo sobre una pequeña mesa y se acostó en la cama.

Tiempo después:

Una decaída castaña recibía a sus amigos en el departamento donde estaba alojada.

Nuevamente ese tormentoso dolor de cabeza, dijo preocupado Manabu.

Sí, pero ya les he dicho que no es nada malo, solo tensión, respondió la castaña, mientras caminaba junto a sus amigos hacia el lugar donde estaban unos sofás.

Así sea solo ello, es algo que te atormenta mucho amiga, agrego Yukari.

Ya tomé mis medicinas, dijo Sanae.

¿Problemas con nuestra ex jefa?, dijo Manabu, mirando a Yukari, un tanto preocupado.

Podría decir que sí, aunque ella no es la culpable sino yo, respondió la castaña.

"LA RAZÓN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora