Capítulo 28: "Confesiones inesperadas"

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Una castaña de rostro sonrojado jugaba de manera nerviosa con sus manos mientras un apuesto joven de cabello desordenado la observaba.

¿Dije algo inapropiado?, pronunciaba Tsubasa, mientras miraba a la castaña.

No lo sé, dijo en voz baja la castaña.

Tal vez estés confundida, tal vez no comprendas mis acciones, mis palabras ahora, pero todo tiene una explicación, si e callado es por ti, por tu bienestar, pero siento que no puedo seguir así, todo se podría complicar más, y yo, y yo no podría soportarlo, porque aún ¡te amo! pronunció Tsubasa, dejando atónita a la castaña.

¿Qué has dicho?, dijo Sanae, en tono confundido, posando su mirada en su jefe.

E hablado con el médico que vio tu caso tras el accidente, y también con otros médicos, todos coinciden en que tal vez nunca recuperes tus recuerdos, de ser así, yo solo quedaré en tu pasado, y yo no quiero ello, pronunciaba el joven de cabello desordenado, con voz quebrada.

¿Nos conocimos en el pasado?, decía aturdida Sanae.

Sí, respondió Tsubasa.

¿Por qué no me lo dijiste?, dijo la castaña.

Porque aquella vez que casi te atropello al ver que parecías ignorarme, pensé que a lo mejor ya no querías saber nada de mí, y luego las siguientes veces, seguías ignorándome, seguías fingiendo no conocerme o al menos eso creí yo, ya que desconocía el verdadero motivo por el cual no me reconocías, agrego Tsubasa con dolor en su voz, haciendo una pausa para acotar: Luego gracias a tu amiga, Yukari comprendí todo, no era que me ignoraras, lo que sucedía era que no me recordabas, pues perdiste tus recuerdos tras aquel accidente donde lamentablemente también perdiste a tus padres. Por Yukari pude saber lo que paso contigo tras aquellos años que no supe nada de ti, también hablé con el médico que vio tu caso y con otros especialistas,....

La castaña se tomó la cabeza, al escuchar lo que el joven que era su jefe le decía, al tiempo que pensaba: No puedo, no puedo recordarlo.

Sanae, no es necesario que tensiones a tu mente, yo te aclarare tus dudas, y te prometo construir nuestros recuerdos poco a poco, solo te pido calma y que me escuches, ¡por favor!, agrego Tsubasa, acercándose a la joven a tomarle sus manos.

Es que, se supone que la señorita Kumi...., decía con voz temblorosa la castaña.

Sanae, escúchame, ¡por favor! no hablemos ahora de Kumi, también hablaremos de ella, porque de seguro ella te debió de hablar de nuestro pasado, pero ahora lo que quiero es que hablemos de nosotros, dijo Tsubasa.

Bien, pronuncio la aturdida castaña.

Te contare como nos conocimos y todo lo que pasamos juntos, agrego el joven de cabello desordenado, mientras la castaña asentía.

Yo te conocí en Nankatsu, hace...., decía Tsubasa, mientras la castaña lo escuchaba atentamente.

En tanto:

Una pelinegra platicaba en su oficina con dos de sus empleados.

Y es por ello que los hice venir, decía Narumí.

Lamento la situación, pronunciaron a la vez Yukari y Manabu.

¡Gracias chicos! dijo Narumí, haciendo una pausa para agregar: Como ya no tendrán que apoyarme con ese proyecto, les asignare otras tareas.

Nos parece bien, pronunció Manabu, mientras Yukari asentía.

Bien necesito que me apoyen con unos prestamos que estamos gestionando..., decía Narumí, cuando de repente su celular empezó a sonar. ¡Disculpen! pronunció la joven al tiempo que contestaba la llamada.

"LA RAZÓN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora