EPÍLOGO

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Un par de hermosas mujeres miraban una vitrina, dentro de la misma, había unos trofeos y algunos cuadros.

¿Y este de cuándo es?, pronunciaba una de las jóvenes.

Del último evento al que fue invitado Tsubasa, respondía una castaña.

Vaya que tu esposito desde que se casaron ha estado imparable con los reconocimientos y aún más cuando tu quedaste embarazada, decía Yukari sonriendo, haciendo una pausa para agregar: Bien dice un popular dicho "Los niños traen su pan bajo del brazo", pero como en tu caso fueron dos pequeñitos, pues la suerte la fortuna les llego por partida doble.

La suerte se construye con dedicación, nunca abandonando nuestros sueños, respondió la castaña con calma.

Frase de Tsubasa, dijo Yukari sonriendo.

Sí, respondió la castaña.

Y hablando de Tsubasa, ¿Dónde está el ahora?, agrego Yukari.

Con los niños en el área recreativa de "Divertilandia", dijo la castaña.

Y tú de seguro ibas para allá, antes de que llegue, ¿verdad?, respondió la joven.

Si amiga, pronunció la castaña.

Pues ya no te quito más el tiempo amiga..., decía Yukari.

Tu no me quitas el tiempo Yuka, eres mi amiga, y me encanta hablar contigo,..., respondía la castaña.

Lo sé, vuelvo otro día, mejor ve a disfrutar con tus niños y tu esposito, mientras yo voy a buscar a Ryo, dijo Yukari.

¿También está en Nankatsu?, respondió Sanae sonriendo.

Sí, vinimos a festejar nuestro tercer año de noviazgo aquí en Divertilandia amiga, pronunció la joven.

Ya deberían casarse, dijo Sanae sonriendo.

Lo haremos, si en la próxima boda que asistamos me cae nuevamente el ramo, respondió Yukari sonriendo.

¿Qué?, pronunció Sanae confundida.

Es que las tres veces que tome un ramo, fueron porque me los lanzaron a propósito, y no lo niegues Sanae, decía Yukari sonriendo.

Bueno, tal vez yo si te lo lance de manera intencional, pero fue porque tenía que darle un empujoncito a Ryo, o sino ustedes nunca serían novios, pero en el caso de Azumi,..., respondía Sanae.

Ella me dijo que tenía que ejercer presión en Ryo, ya tenía dos años con él y no era correcto que ni el anillo me haya dado, por ello no puedo contar ese ramo como una señal de matrimonio, dijo Yukari.

Y me imagino que con el ramo Narumí tampoco cuentas, ¿verdad?, pronunció Sanae.

No, ella y Genzo lo planearon, yo vi cuando Genzo distraía a las chicas con sus sonrisitas, sin siquiera importarte que estaba recién casado, y todo, ¿por qué?, porque fue un plan de Narumí y él, para que yo sea la única que tenga opción a coger el ramo, y así Ryo sienta obligación de casarse conmigo, dijo Yukari.

Pero Yukari, lo único que todos queremos es que Ryo y tú concreten su amor, hasta Manabu lo hará en unos meses, y me imagino que ese es el ramo que si te cae tomaras como cierto, ya que la novia de Manabu no es tu amiga, solo una conocida, ¿verdad?, respondió Sanae.

No, claro que no, para la boda de Manabu falta mucho, tengo una boda más próxima, y a ella asistiré con Ryo, pero ya luego te contare como fue con el ramito, dijo Yukari, haciendo una pausa para acotar: Ya no te quito más el tiempo, ve con tu amado esposito y tus bellos niños.

Bien amiga, respondió la castaña.

Luego de ello las dos mujeres se despidieron y cada una de ellas tomo un rumbo distinto.

"LA RAZÓN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora