Capítulo 38: "Felicidad completa"

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(Penúltimo capítulo)

Un apuesto joven de cabello desordenado se encontraba sentado en el borde de una cama mirando una cajita que sostenía en una de sus manos, mientras pensaba: Sin duda te verás mucho mejor en su mano que en esta cajita.

El pensamiento del joven se vio interrumpido por el sonido de la puerta.

Toc toc toc

Tsubasa, ¿aún estás aquí?, escucho.

Si mi niña, aún estoy aquí, pronunció el joven de cabello desordenado, al tiempo que guardaba la cajita dentro de un cofrecito, para luego colocar el mismo sobre su mesita de noche.

En tanto:

Una joven de sombrero, lentes oscuros, vestimenta elegante y tacones miraba uno de los ambientes del centro recreativo más grande de Nankatsu y de su país.

Sin duda es un gran destino turístico este centro recreativo, y hasta donde escuche, solo es el inicio de un conjunto de centros recreativos a nivel nacional, pensaba la mujer, cuando de repente una voz la saco de sus pensamientos.

Señorita Sugimoto, que la trae por aquí, decía un joven de lentes.

Manabu, ¿también abandonaste a tu otra jefa al igual que a mí?, pronunció la nombrada con una sonrisa de lado.

No lo diga así señorita Sugimoto, Yukari y yo renunciamos a seguir trabajando con usted porque queríamos volver a nuestro país, y usted lo sabe, y en cuanto a la señorita Narumí, pues ella misma nos hizo la propuesta, ya que conoce de nuestra amistad con Sanae, y como ella y su novio estaban contratando personal,..., decía Manabu.

No tienes que darme explicaciones de las razones de su renuncia con tu otra jefa, solo lo dije por decir, después de todo, todos tenemos alguna razón cuando tomamos decisiones en nuestra vida, respondió Kumi, haciendo una pausa para agregar: ¿Me podrías decir dónde puedo encontrar a Sanae y a Tsubasa?

¿Qué?, dijo Manabu.

Necesito hablar con ellos, acoto Kumi.

Bueno,..., decía nervioso el joven de lentes.

Regreso a Norteamérica, y no quiero irme de aquí sin haberle dicho algo a Sanae, algo que nunca le dije a ella, y en cuanto a Tsubasa, quiero despedirme de él, y desearle lo mejor, respondió la joven.

Pues aún deben estar en el apartamento donde viven, dijo Manabu.

¿Y dónde es ello?, agrego Kumi.

Pues ve ese edificio, dijo Manabu, señalando un edificio que se veía tras un inmenso bosque.

Sí, respondió Manabu.

Ellos viven en el apartamento número 1 de este, dijo Manabu.

Bien, gracias, respondió Kumi.

Edificio:

¿Por qué demorabas tanto?, el desayuno se te va a enfriar, además tenemos que ir a ver cómo va todo en "Divertilandia", decía Sanae.

Lo sé amor, lo sé, es solo que estaba planeando nuestro domingo, respondió Tsubasa.

¿Nuestro domingo?, dijo la castaña.

Sí, o ya olvidaste que este domingo solo será para los dos, cero trabajo, solo relax, pronunció el joven de cabello desordenado.

No, no se me ha olvidado, dijo Sanae sonriendo.

Tras algunos minutos, ya habiendo consumido sus alimentos Tsubasa, y Sanae lavado los utensilios, ambos se disponían a salir del departamento, pero al hacerlo se encontraron con la joven de lentes y sombrero.

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