Ƈαρíƚυʅσ υɳσ

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La única luz en el lujoso departamento era el de la cocina, donde estaba el pelinegro de cortos cabellos comiendo un postre para tapar su soledad con comida, sus labios abultados en un puchero y sus ojos miel apagados, miraba de vez en cuando de reojo su celular, en el cual estaba aquel número que no quería llamar, ese número que le haria aceptar que su relación solo iba en picada, mal en peor, suspiro tomándolo con resignación, vacilando su dedo sobre la pantalla pero terminando por marcarlo.

Era tarde por lo que solo dejaría un mensaje en el buzón y esperaría la respuesta en la mañana.

Esa noche durmió poco y nada, despertando por el ruido molesto que no dejaba de escuchar o tal vez también por culpa de lo incómodo que fue dormir en el sofá, al agudizar su vista vio a su esposo cargando maletas, fruncio el ceño dispuesto a recriminarle pero este apareció en escena solo para acercarse y besar su mejilla rápidamente e ir por sus cosas.

- será solo un mes, si? perdon por no decírtelo antes es que...tenia muchas cosas en la cabeza y lo olvide por completo - intentó excusarse, el contrario solo asintió con una falsa sonrisa, viendo como salía por la puerta sin voltear a verlo una última vez, suspiro pesado a la vez que se dejaba caer como peso muerto en el sofá.

Estaba solo, como casi siempre se encontraba, la soledad y él se habían vuelto amigos hace tiempo desde que el mayor había comenzado a trabajar también fuera del país. Lo amaba y sabía que era mutuo, el nunca dudo en decirle un te amo siempre que tenía la oportunidad, se amaban, por más que se casaron a los meses de ser novios, nunca habían tenido una pelea en sus años de casados pero ahora a sus treinta años sentía que había cosas que habían cambiado.

Su esposo, Lee Sunwoo, hace tiempo no lo tocaba más allá de unos simples besos, cualquier persona que conozcas seguro diría que eso no es importante, no es decir que esa persona este equivocada pero sin duda esa parte de la relación juega una gran parte del papel. Por que toda pareja llega al punto donde las palabras cariñosas no son suficientes y requieren otra demostración, llevándolos así a la demostración carnal, la cual se mezcla entre el amor y la pasión que se tienen mutuamente, entregarse de una manera tan íntima que los deja expuestos el uno al otro.

Un acto tan banal se podia convertir en algo tan emocional, con solo unos toques llevarlos al éxtasis.

Jungkook miro a su alrededor, solo escuchandose los fuertes sonidos de la ciudad a través de la ventana, su departamento estaba en silencio apesar de sus pensamientos, martillandose en que hacer ahora que se encontraba solo y lo estaría por un mes entero, suspiro abultando sus labios.

Se levantó yendo directo al baño, tomaría una ducha para ya no pensar tanto, abrió la llave y comenzó a quitar su ropa, mirándose en el espejo por simple reflejo, en un pasado hubiera visto miles de marcas en el, a Sunwoo le gustaba dejar sus besos en su piel, mordió su labio pasando sus manos por su torso desnudo, tocando con sus yemas la limpia piel, bajando hasta sus pantalones de dormir y retirarlos, solo debía pasarlos por sus gruesos muslos antes de verlos caer por si solos al suelo, terminó de quitar sus bóxers y sin mucho tardar se metió bajo la artificial ducha, dejando que el agua caliente relaje sus tensos musculos.

Y tal vez deshacer sus pensamientos que solo lo angustiaban, que lo estresaban.

- y si el me esta...- apretó sus labios en una línea a la vez que negaba con la cabeza, no, claro que no le haría eso, solo era su traicionera mente jugandole bromas de mal gusto.

Sin querer pensar más, siguió su ducha, concentrándose en lavar su cuerpo y no en sus locas ideas. Al salir enrollo una toalla en su cintura, dejando su ahora plano abdomen expuesto, ese que había perdido dureza al dejar su entrenamiento.

 *・°:✧ʂҽʂισɳʂ✧・゚:*  T.KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora