Todo se había salido de control, ya no había marcha atrás, mucho menos cuando su mano no paraba el frenesí de arriba a bajo sobre su miembro con anhelo en busca de su orgasmo, sus fornidas piernas descubiertas por completo, solo llevando como única prenda una camiseta negra que era atrapada por sus dientes en un intento de camuflar sus gemidos, sonando más bajos pero levemente audibles, sus cejas fruncidas hacia arriba justo en el centro, sus ojos cerrados apretandolos.
Y en medio de su delirio lleno de lujuria había mojado dos de sus dedos, los cuales ahora se colaban por su entrada, saliendo y entrando con rapidez, imaginando que estos eran los ajenos aunque no llegaban a la misma profundidad, como tampoco se le hacia fácil encontrar ese punto de la misma forma que él lo hacía, ese lugar que sabía que lo dejaría llegar a su deseado objetivo. Su mano siguió aquel ritmo rápido, abriendo sus piernas flexionadas lo más que podía para poder meter aún más sus dedos dentro, cualquiera que entrará al cuarto podría verlo, ver el desastre que estaba hecho sobre las arrugadas sabanas blancas, como su cuerpo sudaba por el calor y como desesperado buscaba liberarse, tan necesitado.
No podía creer que estaba así por un sueño húmedo que tuvó como protagonista a su menor.
— ah! Si~ Tae-Taehyung mgh! — gimio entre balbuceos mordiendo su labio al ser golpeado fuertemente por su orgasmo, sintiendo las largas tiras de semen caliente pintar su marcado abdomen, siguió el movimiento de su mano unos segundos más hasta que fue suficiente y se detuvo.
Se quedó ahí viendo el blanco techo esperando que su respiración se calmara por fin, no pudiendo evitar quedarse pensando en lo que recién había hecho, bueno en verdad lo que venía haciendo durante una semana ya, se sentía todo un hormonal y en parte no le agradaba, ya que lo hacía pensando en alguien más y no en su esposo como sería lo moralmente razonable pero el no, pensando solo en el cuerpo del menor, en como lo hizó sentir cuando lo hicieron, en el trató tan delicado que tenía con el aunque se le olvidará cuando lo hicieran y solo podía decir una cosa.
Quería más. Más de aquello que le hizó tocar el cielo como nunca antes.
Y ahí es cuando supo que todo se había ido de control, cuando sus manos ya no eran suficientes, cuando Sunwoo no era más que un puto chicle en el zapato que aunque quería no se podía despegar, ya no sabía que quería, solo podía decir que necesitaba del menor, quería ser tomado otra vez de esa forma tan placentera en la que lo había hecho, que le trajera el cielo a la tierra.
Así que decidido se levantó de la cama con rapidez llendo directo al baño, tomaría una ducha para quitar toda esencia que haya quedado en el y luego se iría a sus sesiones con Kim, con algo en mente que podía arruinar todo o mejorarlo, dependía de él, pero estaba cansado de temerle a las cosas nuevas, a las personas que se acercaban a el, a sus inseguridades que no le dejaban avanzar y solo lo ahogaron en otro poso, así que hoy se arriesgaría.
El tiempo paso muy rápido y sus nervios solo aumentaban con este, seco sus manos sudorosas sobre sus pantalones de jean antes de ver cómo el menor abría la puerta para el, dejándolo entrar y esta vez el clic del pestillo de la puerta había resonado más fuerte en su cabeza, le sonrió nervioso sentándose en su lugar. Hoy el menor se veía muy bien, demasiado sexy como para poder tranquilizarse, llevaba las mangas arremangadas hasta los codos de su camisa blanca algo suelta con algunos botones principales desabotonados, dejando verle el pecho color canela, el final la prenda se perdia dentro de sus pantalones negros de tiro alto, lucia más simple que otras veces pero no perdía su estilo y eso le enloquecia.
— Señor Jeon, como paso su semana? — cuestionó sin mirarale, romoviendose en su lugar hasta quedar con sus piernas levemente abiertas y sin disimular sus acciones acomodo su cinturón metiendo lo que se había salido de su camisa.
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*・°:✧ʂҽʂισɳʂ✧・゚:* T.K
De Todojungkook solo quería volver a prender el fuego entre su pareja y el. Pero su atractivo sexólogo se volvió su nueva fantasia. Ahora no podía dejar de imaginar cómo sería ser empotrado contra su escritorio y que sus grandes manos recorran su necesita...