— jungkokie! — la voz reconocible de su hyung le llamó, parandose y agitando su mano en la altura para que lo notará, río para luego avanzar hacia ellos con emoción — chicos el es jungkook nuestro menor, es del departamento de información — lo presentó y al escuchar que todos eran mayores que él hizó algunas cortas reverencias en respeto, recibiendo algunas sonrisas junto a saludos.
Se sentó en uno de los pequeños sofás entre dos tipos bastante altos, el se sintió algo pequeño pero sólo por la diferencia de físico, ambos parecían ser muy amigables ya que al instante le comenzaron a integrar a la conversación que tenían, riendo de las tonterias de la chica que por lo que escucho se llamaba Hyuna, ella parecía ya algo pasada de copas por su energía tan entusiasta pero tal vez si era así, aún así le caía bien.
— y tu jungkook? Estas con alguien? — la misma chica de cabellos azules y labios rojos, cuestionó curiosa de su respuesta, no queriendo dar tanto detalle simplemente alzó su mano mostrando su anillo en el dedo anular, la vio abrir los ojos y boca muy grande, río avergonzado — oh dios! Ya creía que un hombre tan atractivo no podía estar soltero, apenas te vi llegar y fue como ver a un ángel bajar — comentó haciendo reír a algunos con su descripción pero ningún negó sus palabras y solo sumaron más halagos que le hicieron prender de rojo sus orejas.
Se sentía bien recibieron halagos después de que antes de salir del departamento Sunwoo siendo en su arranque de enojo diciéndole miles de palabras hirientes que bajaron sus ánimos rápidamente, había protestado tanto del por que salía con aquellos pantalones ajustados de cuerina que le definían la figura junto a aquella camisa roja con una corbata en el cuello, la prenda roja metida al comienzó de sus pantalones, no entendia por que el mayor le había dicho que lucia muy simple para la ocasión, posiblemente la razón era por que no los estaba usando para él, para que lo pudiera presumir como le gustaba hacerlo, su mandíbula se apretó ante ese pensar.
— y dime, quien es la persona afortunada? — cuestionó el hombre alto a su lado, sus cabellos negros cortos casi al raz lo hacían ver tan masculino, era atractivo sin duda, abrió su boca pensando si decirlo o no, no creía ser tan afortunado, va al menos el no.
— llegué muy tarde? No comenzaron sin mi, verdad? — apenas su voz se escuchó entre el silencio de cambio de canción, sus ojos lo buscaron desesperados, sonriendo cuando lo encontró.
— taehyung! Tomé por ti no te preocupes — comentó risueña Hyuna alzando sus dos vasos en mano, el menor río tomando asiento junto a Jimin, el único que conocía junto a Hyuna.
Jungkook se permitió admirar su vestimenta y otra vez confirmaba que nunca perdía la elegancia, unos pantalones marrones claros con una prenda de una tela delgada en su torso de color bordo algo brillante dejando el comienzo de su pecho al descubierto llenandolo con una cadena de dije redondo al cuello y por último tenía un saco de traje beige. Al llegar a su rostro noto sus cabellos castaños de reflejos rubios hacia atrás, dejando casi por completo su frente descubierta a excepción de un costado, taehyung sintió una intensa mirada sobre su persona por lo que al buscar a su dueño se sorprendió al verlo ahí pero le sonrió como siempre lo hacía para el, una sonrisa sincera llena de inocencia, agachó la cabeza avergonzado.
Jungkook se quedó en silencio bebiendo de vez en cuando de su vaso escuchando la conversación que ahora tenían con el recién llegado, preguntandole igual que como lo hicieron con el, queriendo conocer más de el, su vida, gustos, que le gustaba hacer, hasta que llegó el momento que taehyung sabia que llegaría, sobre su trabajo.
— o sea que te visita gente con trastornos raros? o fetiches raros? — cuestionó uno con una gran sonrisa un joven risueño y taehyung soltó una baja risa negando.
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*・°:✧ʂҽʂισɳʂ✧・゚:* T.K
Randomjungkook solo quería volver a prender el fuego entre su pareja y el. Pero su atractivo sexólogo se volvió su nueva fantasia. Ahora no podía dejar de imaginar cómo sería ser empotrado contra su escritorio y que sus grandes manos recorran su necesita...