Y una noche

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Ya lo se, yo estaba rompiendo todas las reglas que una amiga decente debe seguir al pie de la letra pero Por favor! Sólo era una pequeña e incauta Tatsuko bajo la lluvia al lado de ese chico tan...

Acepte inmediatamente como ya les había dicho. Solo empeze a sudar frío cuando reconocí el lugar al que estábamos llendo (en taxi debido a que Satoru seguía sin auto, debo agregar que la idea del taxi lucia menos horripilante estando a su lado, se puede decir que tenía muchas cosas en la cabeza y ninguna de ellas era mi fobia) como decía casi inmediatamente reconocí el horrible edificio abandonado de la otra vez, ese que quedaba justo enfrente del edificio en el que vivía mi querido conocido asiático.

Porque razón iba Satoru a llevarme a su apartamento? Quería asesinarme? Quería que le hiciera la cena? Porque? Porque no podía respirar?

-Si bajas la ventanilla podrás respirar mejor, ya están empañados los

vidrios- dijo el desde el otro lado del asiento trasero, mirando por la ventana, a pesar del color frío y distante de su voz el asiento de atrás parecía mas pequeño de lo normal, ridículamente pequeño.

Me puse roja como una nalga de bebe lastimada.

Habíamos empañado los vidrios... Eso definitivamente rompía reglas del reglamento de las amistades decentes, el articulo que dice claramente

"No empañaras las ventanas de ningún vehículo en compañía del novio de tu amiga"

Ya no iba a poder casarme nunca.

-Tatsuko- me llamo Satoru sacandome de ... Lo que sea que haya sido eso, cuando le mire el sonreía con amabilidad- te estas poniendo de un color raro.

Yo no tuve oportunidad de responder, creo que de haberla tenido solo me hubiera quedado viéndolo con cara de enferma hasta que el mundo dejara de girar, fue el amable señor taxista el que interrumpió mi estupidez diciéndonos lo que le debíamos (muy educado el por cierto, seguro pensó que íbamos a besarnos o algo) Satoru me miro sonriendo en lo que se encogía de hombros fue en ese momento en el que lo entendí todo.

No tenia dinero para pagar.

Por eso me pidió que lo acompañara.

Sabia que yo diría que si.

Para mi desgracia gaste todo lo que me quedaba en aquel taxi, ya no tenia para devolverle a mi casa y omitiendo el edificio abandonado de enfrente no había otro lugar cercano en el cuán pudiera yo quedarme a pasar la noche, eso pintaba mal, cada vez peor.

No fue hasta que entramos en el edificio cuando Satoru me pregunto:

-Tienes para devolverte?

Yo lo mire por unos segundos, estaba entre decirle que si tenia e irme a dormir en la calle o peor aun: en el edificio abandonado (lo que era una mentira que nos sacaría a los dos de apuros) y decirle la verdad y afrontar las consecuencias.

Tal vez a Satoru no le importara hacerme dormir en la calle, tal vez si es de esa clase de persona.

-No tengo- le dije pero después agregue- pero no te preocupes puedo llegar caminando a mi casa desde aquí, solo queda prácticamente en otro distrito.

Satoru me miro con una mueca, una mezcla entre siniestra diversión, si, siniestra y ganas de cagarse de la risa.

-Quieres subir por una taza de café?

-Son las 10 de la noche, Satoru.

-Estudiamos en la universidad Tatsuko...

-Estudio gastronomía.

Y el es SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora