Tras dejar a una reanimada Sarina en casa me emprendí en el camino de regreso a la mía propia, no había nadie en ella ya que mis papas habían salido de viaje de negocios, así es, eran algo parecido a unos ejecutivos importantes en algún lugar del mundo, aficionados en su juventud al anime y manga, es mas la mayoría de sus empresas eran estudios de animación y todas estas cosas por las que se mueren de hambre muchos.
Nosotros no, pero muchos si.
Entonces porque no vivía una vida llena de lujos? Bueno esa es una historia para otro día, o tal vez no. Puede que mis padres vivieran viajando y trabajando pero eso no significa que viviera como París Hilton.
Simplemente teníamos mas de lo que necesitábamos pero nada demasiado exagerado. Llegando a casa me di cuenta de que no llevaba las llaves, ese sentimiento de impotencia combinado con odio propio invadió cada espacio y centímetro de mi cuerpo, mire al cielo y me pregunte si este se suponía que era mi karma.
La razón por la que no podía enojarme con Sarina. Todo era culpa mía y de mi estupidez.
No se cuanto tiempo me quede por fuera de mi casa, sentada frente la puerta mirando ese charco que se hacia frente a la entrada, estaba casi en el mismo sitio donde había estado con Derek la otra vez, donde el me había besado y yo había visto el rostro de otro chico. De repente saque mi celular tras contemplar la pantalla bloqueada durante lo que pareció ser demasiado tiempo me decidí a llamar a ese numero que había guardado asegurando que era el de Satoru.
El respondió al tercer intento incluso antes de que el respondiera (porque sabia que era él quien estaba del otro de la línea) "Me gustaría hablar contigo" fue lo que le dije. Pasaron veinte minutos y Satoru ya estaba frente a mi, con el cabello mojado, vestido como ese día en el que secuestraron el restaurante en el que estábamos.
-Pensé que te tardarías mas.
-Estaba cerca- dijo, me veía a mi, veía la casa y veía el charco sobre el que se había parado por error cuando llego, caminando no precisamente incomodo pero si con una pregunta evidente en su mirada "Que hago aquí?" -Esta es tu casa?
-Si, pero antes de que te hagas ideas equivocadas quiero decirte que mis padres no están.
-Estaba a punto de mal interpretarlo- sonrío algo incomodo rascándose la cabeza se sentó a mi lado, estuvimos
Viendo el charco por un largo rato.- Hable con Sarina- empece- me pidió que te preguntara si estabas molesto- eso era evidentemente una mentira terrible, pero igual ya habíamos dejado
Claro que soy mentirosa.Satoru desviaba la mirada, siempre le hablaba de Sarina, de alguna manera sentía que eso le molestaba pero no me gustaba pensar así... Ser buena amiga de una mala amiga es difícil en estos tiempos donde el ser bueno con quien no lo es contigo es razón suficiente como para que la sociedad te repudee.
-Tu lo estas?- me devolvió la pregunta, no esperaba menos viniendo de el.
Paso una eternidad antes de que me dignara a responder.
-No
Fue más fácil decírselo a el que a Sarina por alguna razón bizarra.
-Yo no lo se- respondió, seguía sin atreverme a mirarle pero podía verle en mi mente.
-Entonces porque le rompiste la madre a Cárter? Cuestión de honor?
Satoru se río.
-Tal vez fue por eso,Tatsuko- dijo mi nombre con cuidado, como siempre lo hacia (cuando lo hacia) su voz sonó mas dulce de lo normal, claro no es como si su voz fuera dulce de por si, es musical más no "dulce" no es necesariamente grave tampoco-Mírame- silencio- por favor.
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Y el es Satoru
Teen FictionOlivia Amado, o mejor dicho, Tatsuko era una chica que caminaba entre la muralla de la normalidad y lo que no era normal. Acostumbrada a hacer lo que las personas le pedían, no era especialmente amable, ni amargada. Solo una persona un poco mas flo...