La tensión

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Bueno y ahí estuvimos un buen rato hasta que Satoru se acalambro y pues eso nos hizo darnos cuenta de que mis papas estaban abajo y que bien... Había que bajar, una vez estando de vuelta en la sala los vimos tomados de las manos viendo tranquilamente la película me senté a lado de mama en el dichoso sofá de la otra vez en lo que escuchamos el microondas chillar diciendo que las palomitas estaban listas, Satoru como estaba de pie las recogió y al llevárselas a mis padres mi papá lo miro con aprobación (Como si con solo ese echo le hubiera terminado de agradar ) Nos sentamos en ese pequeño sofá y nos tomamos las manos hasta que la película acabo Después de eso nos quedamos hablando con mis papas un rato, no se toco el tema de mi viaje gracias a que mis padres habían nacido con el don de la discreción... también me conocían demasiado llego la hora de cenar y les di a todos algo de la cosa verde aunque como quedaba tan poco mi papa insistió con invitarnos a cenar a un restaurante de los alrededores.

Lo anterior pareció una buena idea hasta que pensando en lo mismo el chico y yo compartimos una mirada llena de terror... o almenos por mi parte.

Eramos consientes de nuestra mala suerte y para bien o para mal (normalmente para mal) Sarina siempre estaba pendiente de uno de nosotros...Satoru también como persona terriblemente educada no tuvo reparo en responderle a mi padre cuasi inmediatamente, de hecho respondió antes de nuestro pequeño cruce de miradas. Un escalofrió me estaba corriendo por toda la espalda, mis padres felices e ignorantes del peligro en el que se encontraba almenos mi vida anunciaron alegremente que se iban a arreglar para ir... vale mencionar que antes de dejar la sala mama me dijo que lo mejor seria que me arreglara yo también porque pues... efectivamente yo seguía en pijama y que oso.

Claramente eso era lo ultimo que me importaba en ese momento.

-Sarina esta bajo arresto domiciliario- Soltó Satoru una vez la puerta del cuarto de mis padres se cerro.

-Eso no le impidió ir a tu concierto la otra noche- dije intentando mantener la calma, en vano obviamente ya que estaba empezando a hiperventilar- ¿Quien sabe? puede que incluso este frente a tu casa con monoculares o incluso frente a mi casa con un mazo esperando

-¿Un mazo?- dijo alzando una de sus oscuras cejas.

-Perdón tienes razón... un corta uñas es mas estilo Sarina- me deje caer nuevamente en el sofá pecaminoso con las manos sobre la cara- Quedamos en que me despellejaría como a un conejo... esto no terminara bien.

Con los hombros caídos se dejo caer a mi lado, su voz sonó suave y calurosa.

-A mi tampoco me gusta la idea de que te despellejen- su tono dulce me insistió a quitarme las manos de la cara, en eso lo vi sonreírme con dulzura, tanta que me dio un pequeño ataque de diabetes- Si te parece mala idea que vayamos esta bien, entiendo.

Confiando en lo mucho que se tardan mis padres para arreglarse atraje a Satoru hacia mi y le bese de manera en que no había podido hacer a menos de que tuviera medio litro de alcohol en la cabeza, debo reconocer en este momento que besarle sobria era diez mil veces mejor, podía saborear mejor sus labios, su calor, su olor, su roce. ¿Cuanto tiempo iba a dejar que Sarina se interpusiera? Aunque tenerlo conmigo encerrado no me disgustaba del todo tampoco quería renunciar a poder salir con el a caminar un día, ir al cine... ir a comer algo fuera de la casa.

¿Porque tenia que vivir con miedo?

Porque Sarina estaba detenida por agredir casi mortalmente a una chica que estaba con Satoru, porque sabia que tan demente podía llegar a estar esa chica... porque también era mi amiga y la quería pero en efecto le tenia mas miedo. Por otro lado lo miraba a el, la manera en la que me miraba, la manera en la que yo me sentía estando a su lado hablando con el, haciendo nada con el, no quería renunciar a su calor, no quería renunciar a él.

Y el es SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora