Y nos fuimos juntos

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Tenia sentido, claro que tenia sentido, llevaba vivo 20 años, obviamente había salido con un par de chicas antes que Sarina. Pensando solamente en ese momento cuando la mirada de Satoru y la de Olivia se habían cruzado. Sin mentir, como siempre me deprimi un poco ya que Olivia era hermosa.

A Satoru le gustaban las chicas hermosas y extrañas como ella, con cabello corto pero femenino, con cara de muñeca y bohemias terriblemente bohemias. Fuera de lo que cualquier persona pudiera decir Sarina estaba fuera de esa categoría... También yo.

Dos cocineras no tenían nada que hacer contra una elegante chica amante de la literatura clásica. No había nada que pudiéramos hacer, aunque bien Sarina era un tanto bohemia así como Olivia...pero ni remotamente tan elegante e interesante.

Mis pensamientos se vieron reforzados cuando vi a Sarina salir corriendo del restaurante, que para su información se llamaba Julia como la madre de Tom y Sam. Sarina no me miro cuando paso a nuestro lado, tenia el maquillaje corrido e incluso se veia un poco despeinada, el corazón se me encojio.

-Sarina...- dije haciendo el ademán de irme tras ella, pero no lo hice. Olivia se quedo en su lugar sin moverse.

-Pasaba esto también cuando estaba contigo?- le pregunte, quise pensar que me sentía mal por mi amiga, que su dolor era lo que sentía en mi corazón y no un dolor propio.

-Aveces- me dijo seria- Las parejas pelean, eso es normal.

Yo me quede callada, recordando a Derek. Nosotros no peleábamos, la pelea mas sería que tuvimos una vez fue... La vez que estuvo en mi casa borracho antes de irnos para la villa de Malick. Yo no entendía a las parejas que peleaban, que se descomponían el uno por el otro... Que se molestaban en pelear, que se quejaban, que eran egoístas.

Como yo me había quedado en blanco, perdida entre mis estúpidos e insensibles pensamientos Olivia me dijo en pocas palabras que era tarde y que tenia que irse, de hecho, eso fue lo que dijo, literal.

-Es tarde, Tatsuko- me sonreía aunque no como normalmente hacia- tengo trabajos... Debo irme.

Es viernes dijo una vocecita en mi cabeza. Sin decir mas ella se fue, en su bicicleta de colores, con Canastita y bocina. Como hacia frío entre a Julia de nuevo, esperando, de alguna manera encontrarme las mesas movidas y un charco de sangre en la entrada.

Como pasa normalmente cuando espeto algo, esto no paso. El lugar estaba tan limpio como yo lo había dejado, vi las cosas de Sarina al lado de las mías y supe inmediatamente quien iba a ir a devolvérselas.

Satoru estaba sentado solo en la parte de fumadores del restaurante, no estaba completamente vestido de negro como me había parecido hacia un rato. Su camiseta era blanca, con negro, pero en su mayoría era blanca y tenia un cómico mensaje en la parte frontal, no, no era nada cómico. Solo era el nombre genérico de una de estas empresas que se dedican a crear calzado deportivo.

Viéndolo fija pero disimuladamente, si es que eso tiene algún sentido, me di cuentade algo: yo no era capaz de ir a decirle algo como "Que acabó de pasar?", no podía hacerlo... Lo de mi cumpleaños me hizo entender que de no haber estado encerrados en la misma villa por casi una semana (o algo así) nosotros dos nunca hubiéramos mantenido una conversación medio decente.

No teníamos nada que ver el uno con el otro.

Pensando en eso me diriji a la mesa donde Sarina descuidadamente dejo sus cosas, sabia bien que ella podía ir a recojerlas al día siguiente pero mi corazón me dolía... Y definitivamente no eran gases.

-Es tu turno de cerrar- dijo Satoru desde la mesa,le escuche de milagro.

-No lo es- respondí sin mirarle "No tenemos nada que ver"

Y el es SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora