Perdida en el Ala Oeste

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Abrazándome a la toalla me encamine escaleras abajo, estaba oscuro pero se podía ver gracias a unas pequeñas luces que estaban puestas en la parte baja de las paredes, no brillaban demasiado pero al menos podía ver donde caminaba gracias a ellas.

A medida que bajaba las escaleras el ambiente fue cambiando poco a poco, los peldaños dejaron de parecer de mazmorra para verse cada ves más elaborados, de la misma manera en que las paredes pasaron de ser de ladrillos a ser de granito, empezaba a hacer frío y a oler como a aceites y esencias florales.

¿Que tenía la mamá de Malick un spa secreto dentro de su Villa de la montaña?

Envolviéndome en la toalla mojada contemple la probabilidad "Si tienen una sala de juegos, tres salas de estar, diez mil cuartos y quien sabe que más cosas ¿Porque no tener un spa privado? Lo único que no parecía cuadrar era la parte que parecía una mazmorra, no podía contemplar la idea de que hubieran decidido recortar recursos en ese único aspecto.

Sin pensármelo mucho más seguí caminando, tenía los pies fríos así como, básicamente, el resto de mi  cuerpo pero había algo en toda la atmósfera que se estaba generando en ese lugar que me mantenía intrigada lo suficiente como para no reparar en el frío que tenía.

Tras caminar un poco más las escaleras parecieron llegar a un sitio, frente a mi tuvo lugar una pequeña sala, había una puerta de madera sospechosamente normal, como la que están en todas las alcobas, la estándar de madera solo que está tenía un cerrojo, también había una alfombra que parecía ser de piel un par de lámparas en las paredes (las cuales ahora tenían un papel tapiz de rombos rojos y negro bien elegante si a mi me preguntan así como una pequeña mesa de café y lo que parecía ser un ¿armario ¿Para que demonios tenían un armario ahí? Una parte de mi al ver la puerta cerrada se decepcionó, toda la excursión a lo largo de esas escaleras solo había hecho que tuviera más y más curiosidad con que me encontraría al llegar a donde se dirigían (Claro si es que estas tenían final)

Puse un pie sobre la puerta de madera y fue ahí cuando me di cuenta de lo sucios y fríos que los tenía ¡incluso deje huella en la puerta! Me di vuelta inmediatamente neurótica y vi como había dejado huellas en todo lado.

"Y a mi que no me gusta llamar la atención"

Creativa yo intenté borrar una de ellas a ver si era posible, por supuesto pero igual eran demasiadas y después de un tiempo no se verían tanto... cuando empezaba a calmarme empecé a escuchar voces de, lo que parecía indicar, personas que venían acercándose a la puerta al pasar unos instantes me di cuenta más rápidamente que la vez anterior que era la madre de Malick ¡Que puntería!

Por un lado consideraba que igual y no podía ser tan desastroso que esa mujer me viera ahí donde estaba cualquier cosa podía decirle que me había perdido pero Dios ni yo me creería que una chica caminara en vía recta bajando escaleras como por diez minutos así por que si (aunque mas o menos es lo que había sucedido) Además algo me daba la impresión de que no debía estar ahí...

Cuando escuche las pisadas ya pegadas de la puerta y unas llaves entrando en la cerradura me escondí como pude dentro del pequeño armario si no estimo mal justo antes de que la puerta se abriera, la mamá de Malick me daba miedo y de verdad que no quería encontrármela... Ademas yo quería ver que había detrás de esa puerta.

Los tacones de la mamá de Malick pegaban contra el suelo de manera vehemente, podía ver en mi imaginación su rostro y su expresión severa, iba acompañada de un hombre que no parecía ser su esposo este hablaba diferente, mientras que el esposo parecía ser un hombre distraído y despreocupado este simplemente lamía el suelo por donde está pasaba.

-Como te dije las chicas se andan quejando del frío, no es que me importe demasiado pero las necesito bien.

-Calentadores en los dormitorios, entendido- respondía el hombre que caminaba a su par.

Y el es SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora